Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorEl pescado, ya sea blanco o azul, es una alimenta básico y fundamental para llevar una dieta sana, equilibrada y variada, encontrándose entre los alimentos que más destacan por su aporte de proteínas, vitaminas y ácidos grasos omega-3
Por ello, des de la American Heart Association (AHA) recomiendan su consumo como minimo dos veces por semana, especialmente aquellos pescados que más grasos como el atún, las sardinas ola trucha.
El pescado blanco es de sabor suave y levemente dulce y suele denominarse blanco por el color claro de su carne, magra y delicada, además de por el lugar donde este tipo de pescado guarda sus reservas de grasa, generalmente en el hígado, razón por la que también es un pescado considerado bajo en grasas, con un contenido inferior al 2% de su peso.
Se trata de un pescado muy recomendado para aquellas dietas de adelgazamiento y entre los más interesantes podemos encontrar el lenguado, el rape, el rodaballo, la merluza, el bacalao, la lubina, el gallo y la pescadilla.
El pescado azul es rico en grasa, de un 6 a un 12% de su peso es materia grasa, y se le denomina azul porque la almacena por todo su cuerpo en forma de aceite, en concreto ácidos grasos omega-3, un tipo de grasas muy saludables.
Entre los pescado azules más destacados podemos encontrar el salmón, el atún, el bonito, el rodaballo, el pez espada, la trucha, el jurel, el arenque, la anchoa y el boquerón, entre otros.
Además del pescado azul, rico en grasa, también existen los que, en función de la estación del año, el tamaño y la alimentación, su porcentaje de grasa varía, estando entre el 2 y el 6% de su peso corporal. Son los conocidos como pescados semigrasos: besugo, lubina, dorada, anguila y salmonete.
Si analizamos las principales cualidades nutricionales de cada uno nos encontramos con que el pescado blanco aporta pocas calorías, entre 75 y 90 por cada 100 gramos, pero una muy buena cantidad de proteínas de alto valor biológico, con aminoácidos esenciales que nuestro organismo no puede producir por sí mismo, vitaminas del grupo B y fósforo. Se trata de una pescado de fácil digestión, muy adecuado para dietas blandas si se cocina hervido, al vapor o a la plancha.
Por su parte, el pescado azul destaca por ser rico en grasa insaturada, muy saludable para el organismo, que lo convierte en una buena fuente de proteína de alta calidad, similar a la del huevo o la carne. Sus ácidos grasos omega-3, además, son beneficiosos para mantener una buena salud cardiovascular y la función cerebral. Además de destacar por sus ácidos grasos, también tiene un papel importante la cantidad de vitaminas (A y D) y minerales (calcio y fósforo), aunque como contrapunto todo ello lo hace más difícil de digerir si lo comparamos con el pescado blanco.
En definitiva, a nivel nutricional, tanto el pescado blanco como el azul y el semigraso, han de formar parte de nuestra alimentación si queremos que esta sea sana, equilibrada y variada.