Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorAtrás quedaron las ollas de barro y las cocciones de horas a fuego lento. El ritmo de vida que llevamos es el que nos marca el tiempo que tenemos para cocinar. En este sentido, la incorporación de la olla exprés o a presión en la cocina ha sido de gran ayuda para poder hacer aquellos platos que requieren tiempos de cocción largos.
El funcionamiento de este tipo de ollas es simple. Al aplicar calor directo a la olla, el líquido que introducimos en su interior, junto con los alimentos sólidos que vamos a cocinar, se calienta, llegando a alcanzar en poco tiempo una temperatura de entre 110 y 120 ºC, lo que aumenta la presión y acelera la cocción.
Actualmente, los fabricantes han apostado por la seguridad y como indica la OCU (@consumidores) “Todas disponen de mecanismos para liberar la presión excesiva que pudiera acumularse” y aunque el riesgo cero no existe, si se utiliza con responsabilidad y siguiendo las recomendaciones de los fabricantes, a pesar de la alta temperatura y de la presión que se concentra en el interior de la olla, no hay que temer que explote
Estas son algunas de las consideraciones para tener en cuenta para cocinar de manera segura con una olla exprés.
La olla a presión se compone de diferentes elementos que hay que ir revisando ya que, con el tiempo, aunque se utilice poco se van desgastando. Revisar que la válvula de salida de vapor esté en perfecto estado, tanto la pieza que sale como el pitorro en el que va encajada (en algunos modelos) es fundamental para que el vapor que desprende la olla a presión pueda salir con fluidez. También la goma que está alrededor de la tapa, que sirve para sellar la olla e impedir que se escape el vapor, puede quedar reseca por falta o exceso de uso. Hay que vigilar que esté siempre en óptimas condiciones para que el funcionamiento de la olla sea el correcto.
Antes de cada cocción es importante comprobar que todos los elementos estén en perfectas condiciones higiénicas. Es muy importante prestarle atención a la válvula de salida de aire. Este orificio es de pequeño tamaño y el vapor que pasa por él puede ir dejando restos de grasa que quedan llegar a obstruir total o parcialmente la salida de aire. También pequeños trozos de los alimentos pueden quedar incrustados en el su interior.
Todas las ollas llevan en su interior una marca que nos indica cuál es el límite de llenado. No sobrepasar esta marca es importante pues podría provocar la explosión de la olla. Nunca hay que llenar la olla a presión al 100%, además los expertos recomiendan no sobrepasar los dos tercios de su capacidad y según qué alimentos se vayan a cocinar no superar la mitad de su capacidad.
Cuando cocinamos con la olla exprés lo que hacemos al aumentar la temperatura es generar presión en el interior de la olla. Es importante que cuando la válvula suba o empiece a desprender los primeros vapores, debido a la presión que se ha alcanzado en el interior de la olla, reduzcamos la intensidad del calor directo, es decir, bajemos el fuego, si cocinamos a gas o el calor, si lo hacemos en inducción o vitrocerámica. De lo contrario la presión iría aumentando, provocando una explosión.
Una vez hemos acabado de cocinar, hay que dejar que la olla enfrié, que la válvula baje y deje de soltar vapor. Es extremadamente importante no abrir la olla exprés de inmediato pues en su interior existe una gran presión que podría salir en explosión. No es no se recomendable ponerla bajo el grifo de agua fría y evitar los cambios bruscos de temperatura.
- Leer el manual de instrucciones y las recomendaciones de uso que da el fabricante. Cada olla tiene sus peculiaridades por lo que es necesario saber cuál es su funcionamiento.
- Si bien es importante no sobrepasar el límite de llenado para evitar que la olla explote, también es importante que tenga la suficiente cantidad de agua o líquido, al menos 200 ml, para que no se quemen los alimentos.
- Al cocinar, si todo va bien, en el momento en el que la olla empiece a hervir empezará a salir vapor por la válvula de seguridad. Si no fuera así, es que está obstruida con lo que deberemos retirarla la olla del fuego, dejarla enfriar, abrir con cuidado y limpiar bien tanto la tapa como la válvula y el orificio de salida de vapor. No hacerlo provocaría una explosión.