Teresa Rey
Alimentación
Curiosidades del desayuno que seguramente desconoces
Teresa Rey
Foto: Bigstock
Miércoles 25 de marzo de 2020
ACTUALIZADO : Miércoles 25 de marzo de 2020 a las 6:28 H
4 minutos
Hay quien dice que no es la única comida importante del día, y es sano si es equilibrado y variado
Del desayuno se ha dicho y se siguen diciendo muchas cosas. Hay versiones contradictorias sobre lo que es más o menos sano y llega un momento en el que el consumidor ya no sabe muy bien a qué atenerse. Siempre se ha comentado que es “la comida más importante del día” o también que quienes se lo saltan tienden a tener más problemas de sobrepeso, pero, ¿es esto un mito o una realidad?
¿Influye en el peso?
Lo cierto es que en el ámbito nutricional realizar afirmaciones genéricas es algo arriesgado. Así por ejemplo, un estudio publicado en el British Medical Journal sobre si el hábito de desayunar influía o no el peso de las personas analizadas, determinó que realmente no es así. De hecho, quienes no ingerían nada como primera comida pesaban algo menos, y tampoco se mostraban más hambrientos a media mañana.
Estas son las conclusiones de un estudio concreto, pero una de las recomendaciones de algunos nutricionistas es repartir la comida a lo largo del día en cuatro o cinco, para evitar tener demasiada hambre en las ingestas principales. Ahora bien, lo que no parece demostrado es que el desayuno se deba hacer nada más levantarnos. De hecho, hay personas que no pueden tomar nada en estas circunstancias y otros que sí lo necesitan.
¿Es la comida más importante del día?
Respecto a que es la comida más importante del día, también hay dudas, porque esto puede dar pie a que los alimentos escogidos no sean los más apropiados. Se trata por tanto de desayunar, pero bien, es decir de forma equilibrada como lo debemos hacer el resto de las comidas. Al final cada una de ella cumple su misión a lo largo de la jornada, por lo que la importancia de una sobre otra carece de una argumentación con peso.
Por qué desayunar bien
Algunos estudios lo que reflejan a su vez es que quienes desayunan bien, es decir, aquellos que se alejan de azúcares o carbohidratos de absorción rápida, sobre todo bollería industrial, acaban más saciados y, por tanto, al final se decantan por alternativas más sanas en general.
Para desayunar hay que tomarse un tiempo, se debe hacer con tranquilidad, con una ambiente similar al que dedicamos al resto de comidas. Es necesario dedicarle al menos quince minutos y ser conscientes de los alimentos que vamos a escoger. Diversos informes aseguran que un buen desayuno favorece la capacidad de concentración y la productividad durante la mañana.
Variado, completo y equilibrado
No existe un desayuno ideal porque este se debe adaptar a las necesidades de cada persona y su entorno, pero en líneas generales, tiene que ser variado, completo y equilibrado. Para no hacerlo monótono podemos cambiar los productos cada día y aprovechar para incluir grupos de alimentos que no vamos a incluir en el resto de las comidas.
Desde un punto de vista nutricional es importante que contenga al menos tres grupos de alimentos, pero se puede incorporar un cuarto. Combinando todos ellos aportamos al cuerpo hidratos de carbono complejos, fibra, proteína, agua y las cantidades de grasa adecuadas, cubriendo a su vez las necesidades de vitaminas y minerales. Así, debe tener cereales, leche o yogures, frutas y el último grupo que se puede incluir supone añadir frutos secos, huevos, tomate, aceite de oliva o hasta legumbres o pescado.