Sarcopenia es un término acuñado hace tres décadas para poner nombre a una patología intrínsecamente unida al proceso natural de envejecimiento. Se trata de la pérdida progresiva de masa muscular, cuya principal consecuencia es la disminución, también progresiva, de la fuerza y del tono de los músculos de nuestro cuerpo. Son los propios cambios biológicos, que se producen por la edad, los que provocan estos síntomas, pero también la falta de ejercicio y una dieta desequilibrada influyen en que ese descenso de la masa muscular se acentúe más de lo normal.
“Después de los 70 años, la pérdida de músculo se acelera hasta alcanzar el 15% por década”, afirma La Fundación Española de la Nutrición (@FENnutricion). Igualmente, explica que las personas mayores ingieren menos calorías que los adultos más jóvenes, lo cual produce esta pérdida de peso y de masa muscular.
La mayor preocupación para las personas que sufren sarcopenia es que esta patología puede acarrear problemas de movilidad, osteoporosis, caídas o fracturas.
El aumento de la esperanza de vida ha hecho que el interés por frenar los síntomas de sarcopenia, que afecta a una población cada vez más numerosa, se incremente y son muchas las investigaciones centradas en disminuir su presencia y sus efectos negativos como debilidad, falta de agilidad, fragilidad y progresiva dependencia. De hecho, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria) ha puesto en marcha el Observatorio de la Sarcopenia, con el objetivo de promover actividades formativas y de investigación en este campo.
Dicho esto, los expertos coinciden en dos aspectos primordiales a tener en cuenta para combatir esta patología: el ejercicio y llevar una dieta equilibrada.
¿Cuál es la dieta más recomendable?
Con el objetivo de prevenir y tratar la sarcopenia, la FEN asegura que es necesario mantener una correta ingesta de proteínas y, para ello, aconseja seguir las siguientes indicaciones:
- Comer a menudo legumbres
- Añadir queso a las verduras y hortalizas
- Ensaladas con huevo duro
- Patatas
- Fideos
- Cazuelas
- Yogur solo, con frutas o cereales.
- La leche en polvo puede ser añadida a las sopas y cremas purés de patatas, cazuelas, pudines y postres a base de leche. Esto es gracias a la facilidad de digestión que aporta el 20% de proteínas de suero que contiene la leche.
- Barritas hiperproteicas u otros suplementos. Solo si es necesario.
Por otro lado, Javier Gómez Pavón, jefe de Geriatría del Hospital Cruz Roja de Madrid y especialista en Nutrición de la SEGG señala a 'CuídatePlus' la importancia de incluir en nuestra dieta carnes, pescados, frutas y verduras. Concretamente, recomienta el consumo de pescado graso como el salmón, atún, sardina, trucha, caballa o arenque, dos veces a la semana, gracias a su relación con el incremento de fuerza muscular. Finalmente, el doctor sostiene que debemos evitar los azúcares refinados, los alimentos ultraprocesados, la sal, el alcohol y carnes rojas, debido a que su consumo excesivo, además de agravar la sarcopenia, tiene un impacto muy negativo en el organismo que puede conllevar a la aparición de otras enfermedades como la obesidad, la diabetes, la hipertensión y problemas cardiovasculares.