¿La miga engorda? ¿La leche se corta con un zumo? Desmintiendo bulos sobre alimentación

El doctor en ciencia y tecnología de los alimentos e investigador en el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación de CSIC-UAM, y autor de Los bulos en la nutrición, Miguel Herrero, comparte su opinión sobre los mitos alimentarios en una entrevista con Europa Press.

El experto considera que normalmente otorgamos más credibilidad de la que deberíamos a los bulos porque “tendemos a buscar información que confirme nuestras creencias ya existentes, por lo que cualquier lectura que las refuerce es vista como cierta, a pesar de que haya datos que la contradigan y que sean más abrumadores”.

Además, advierte que uno de los principales canales por los que recibimos estos bulos son las redes sociales, a través de personajes célebres, influencers e incluso familiares, a quienes les concedemos inconscientemente mayor credibilidad.

"Antes, estos bulos se transmitían de boca en boca y había menos medios para desmentirlos. La alimentación genera mucho interés porque comemos voluntariamente todos los días y varias veces; siempre hay un acto de elegir qué comer y qué no, y nadie quiere perjudicarse con lo que come, sino mejorar su salud. Así, con las redes sociales es aún más fácil que estos bulos se propaguen". 

¿Tenemos que parar de beber leche?

Uno de los principales mitos que Herrero quiere desmentir es el relacionado con la leche, como decir que está contaminada o que no es necesaria para los adultos porque los animales no beben leche. Sin embargo, el más popular y creído es que la leche se corta si se toma un zumo de naranja después. "Es un contrasentido porque el estómago es un medio muy ácido y, cuando la leche llega, se corta igual”.

¿El agua engorda?

Otro mito que el investigador pretende desmentir es que el agua engorda. Como experto en ciencia y tecnología de los alimentos, recuerda que el agua no tiene aporte calórico, es decir, no engorda. Por el contrario, el consumo de agua durante las comidas podría aportar mayor saciedad, incluso hacer que comamos menos.

También desmiente la idea de que el agua con gas es menos sana que el agua natural. "No hay evidencia científica suficiente que indique que el agua con gas sea peor que su homóloga sin gas. Los posibles beneficios de un agua mineral específica estarían más relacionados con su composición de minerales que con la presencia de gas”.

Las dietas detox y el ayuno intermitente

Otro punto clave de la entrevista son las famosas dietas detox, a las que el experto se opone rotundamente. Herrero explica que pueden dañar la salud, ya que no tienen base científica, y recomienda encarecidamente una dieta equilibrada, sin excluir componentes. Algunas dietas pueden funcionar a corto o medio plazo, pero implican riesgos para la salud. En su crítica, también incluye el ayuno intermitente: “Aunque hay algunos indicios que podrían sugerir que el ayuno intermitente puede ser beneficioso para la salud, la evidencia científica actual no es lo suficientemente fuerte para afirmarlo”. En definitiva, considera que nada supera los hábitos saludables sostenibles a largo plazo.

La fruta engorda

Otro mito que desmiente en la entrevista es que la fruta, cuando se toma al final de una comida, fermenta. El especialista recalca que las frutas son saludables en cualquier momento, y que su valor nutricional es el mismo tanto si se consumen al principio como al final de la comida. La idea de que la fruta engorda depende de su contenido calórico, no del momento en que se consume.

¿La miga engorda?

El pan, uno de los alimentos favoritos de la dieta mediterránea en España, está rodeado de mitos, como el de que la miga engorda más que la corteza. Miguel Herrero explica que todo el pan se hace con la misma masa, y que la corteza simplemente está más seca por la temperatura del horno, por lo que la miga no puede tener más calorías que la corteza. Lo mismo sucede con el pan tostado, que se piensa que engorda menos que el pan normal, pero es exactamente al revés.

¿Es tan malo el aceite de girasol?

En su nuevo libro, también aborda la preocupación sobre el aceite de girasol y su supuesto efecto perjudicial para la salud. Herrero responde que el aceite de girasol, especialmente el que se vende ahora con la etiqueta de "alto oleico", no es malo. "Es una buena opción para freír, mejor que el aceite de girasol normal". Sin embargo, subraya que el aceite de oliva virgen extra sigue siendo la opción más saludable. "No es que el aceite de girasol sea malo, pero el de oliva es más saludable. Claro, tiene su precio, y hay personas que prefieren el de girasol. No es una mala elección, pero siempre hay que tener en cuenta que el AOVE es el ideal".