Verónica Mollejo
Alimentación
¿Has oído hablar de la dieta alcalina? ¿En qué consiste?
El objetivo principal de la ya célebre dieta alcalina es mantener el equilibrio de los niveles de pH
Dentro del amplio abanico que existe actualmente de regímenes y dietas para perder o mantener un peso saludable, hay una que destaca entre la multitud por sus preceptos básicos. Hablamos de la dieta alcalina, seguida por multitud de celebrities de todo el mundo y de gran éxito, especialmente, en Estados Unidos. ¿Has oído hablar de ella? Este tratamiento tan particular rechaza por completo los alimentos que puedan alterar la acidez o la alcalinidad de nuestro organismo, conocido popularmente como pH, debido a la posibilidad de influir en nuestra salud.
Por lo tanto, la dieta alcalina debe estar compuesta en un 80% por ingredientes alcalinos, mientras que el 20% restante corresponde a alimentos ácidos (y saludables) que equilibren el pH de nuestro cuerpo. Además, como ocurre en el resto de dietas, el ejercicio físico, unos hábitos de vida adecuados y un sueño reparador también son de suma importancia.
Alimentos permitidos en la dieta alcalina
Otra de las características de este régimen es que clasifica los alimentos en dos categorías: alcalinizantes y acidificantes. Al primer grupo, apto en la dieta alcalina, pertenecen las hortalizas verdes, el aguacate, la patata, los plátanos, las almendras, las algas, el maíz, la leche o la zanahoria, entre otros. Mientras que los alimentos acidificantes que debes moderar son, por ejemplo, las frutas cítricas, la miel, el vinagre, el yogur, las frutas más dulces, las hortalizas ácidas o el kéfir.
En contraposición, la carne roja, los huevos, el pescado, el marisco, el chocolate, el café, el alcohol, el té o las setas, entre otros, son los alimentos con mayor grado de acidez y, por lo tanto, más desaconsejados. Bajo esta premisa, ¿qué impacto tiene esta dieta en nuestro organismo?
Pros y contras de la dieta alcalina
Según indican los defensores de esta dieta, entre sus beneficios destacan no solo evitar la acidosis, una enfermedad provocada por el exceso de ácidos en los tejidos y en la sangre. También aporta más energía, favorece la depuración del organismo, mejora la digestión, fortalece el sistema inmunitario y ayuda a mantener el peso corporal.
Sin embargo, la dieta alcalina también posee un gran número de detractores, que aseguran que un cuerpo alcalino no es un cuerpo más saludable y que las teorías de dicho régimen no han sido abaladas por la comunidad científica. Además, indican que es imposible modificar el pH del cuerpo, únicamente el de algunos fluidos como la orina, y que sus niveles son diferentes dependiendo de la zona del cuerpo que se analice.
Eso sí, si se sigue adecuadamente, no debería ser una dieta perjudicial para la salud, aunque no cumple las promesas que dictan sus preceptos básicos. Entonces, ¿realmente merece la pena seguirla?