Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorCreemos que deglutir es un acto que lo realizamos de manera inconsciente tras masticar los alimentos, pero deglutir es un acto fisiológico muy complejo, que realizamos unas 600 veces al día, al comer y tragar saliva, en el que intervienen la boca, la faringe, el esófago, la lengua, la respiración y una determinada postura corporal que, de manera coordinada, nos permite comer, beber y tragar la saliva.
Vista la importancia y complejidad que tiene el deglutir en nuestra vida, se han buscado diferentes maneras de facilitar esta acción a aquellas personas que presentan problemas de disfagia ya sea fruto de una parálisis cerebral, alteraciones motoras a nivel global u orofacial, o asociados a la edad.
Hablamos de texturizar los alimentos cuando utilizamos una técnica que permite crear una consistencia adecuada de los alimentos en función de las necesidades de cada persona, de manera que pueda alimentarse correctamente aun presentando problemas de masticación y deglución.
Es una forma de preparar los alimentos muy utilizada en hospitales y residencias de la tercera edad, aunque también se está empezado a utilizar en la alta gastronomía para hacer presentaciones de platos más elaboradas.
Podríamos pensar es que se trata solo de triturar los alimentos con el túrmix, pero a través de la texturización se ofrece un menú más atractivo y apetecible, pues el factor visual es importante para captar la atención de quien ha de comérselo, en muchas ocasiones personas que han perdido el apetito o el entusiasmo por la comida.
Esta motivación también se consigue gracia a que se mantienen los diferentes colores, olores y sabores de los alimentos expuestos en el plato, pues no se han mezclado entre ellos.
No hemos de quedarnos con la idea de que este tipo de comida solo puede prepararse en los hospitales y en residencias de la tercera edad. En casa también podemos hacer que las comidas sean de fácil deglución y masticación, dejando atrás la homogeneidad de los alimentos triturados, donde se mezclan sabores y colores obteniendo como resultado final un puré de sabor inespecífico y aspecto poco atractivo.
Si vamos a preparar una receta con más de un ingrediente, lo que podemos hacer es triturarlos por separado y presentarlos en el plato de manera individual. De esta manera, el comensal tendrá ante sí un plato atractivo con el que podrá degustar el sabor y el olor de cada comida. Le permitirá saber qué le gusta y qué no, cómo combinar los alimentos a la hora de comerlos y poder valorar la comida de manera individual.
Por poner unos ejemplos, si hacemos un pescado al horno cocinado sobre una cama de patatas, en vez de triturar el pescado y la patatas juntas, lo ideal es hacerlo por separado, de manera que al comer se pueda saborear los dos ingredientes por separado. Al servirlo se puede presentar la patata en forma de flan y el pescado en forma de filete, mucho más apetecible que en un bol todo junto. Si pensamos en unas verduras al vapor, podemos hacer lo mismo, separar las zanahoria de las judías, o la coliflor. Si cocinamos carne, la podemos extender, cubrir con una salsa de diferente color, enrollar a modo de brazo y hacer unas rodajas, como si fueran filetes.
Para aquellas personas que presentan problemas de masticación y deglución, la dieta texturizada puede mejorar su autonomía y calidad de vida, además de presentar otros aspectos muy beneficiosos para su salud: