Mariola Báez
Alimentación
¿Qué diferencia existe entre los hidratos de carbono simples y los complejos?
Mariola Báez
Viernes 13 de marzo de 2020
ACTUALIZADO : Viernes 13 de marzo de 2020 a las 6:51 H
3 minutos
Son el principal grupo de nutrientes de los que obtenemos energía y conviene conocer cómo actúan
Los hidratos de carbono son uno de los tres grupos de nutrientes que necesitamos para llevar una dieta saludable y equilibrada. De los alimentos que los contienen obtenemos la energía esencial para realizar las actividades cotidianas y mantener nuestro metabolismo basal activo. Tal y como señala la Fundación Española del Corazón, los carbohidratos, además de darnos esa energía vital, son también imprescindibles para que nuestro cerebro funcione de manera correcta y para mantener los tejidos del organismo en buen estado.
Los expertos señalan que en una dieta equilibrada, los carbohidratos deben suponer un mínimo de entre el 50%-55% del total de nutrientes que ingerimos a diario.
¿Qué son los carbohidratos simples y complejos?
Los hidratos de carbono son lo que habitualmente llamamos azúcares y una primera clasificación básica los divide en dos grupos:
- Carbohidratos simples. Son aquellos que por su composición química sencilla, nuestro organismo puede asimilar con rapidez. Los hidratos de este tipo (monosacáridos) más conocidos son la glucosa y la fructosa. Cuando tomamos alimentos ricos en este compuesto, obtenemos energía de manera inmediata porque, tras el proceso digestivo, la glucosa llega rápidamente al torrente sanguíneo. Como ejemplo de alimentos ricos en este tipo de carbohidratos destacan la fruta (sobre todo hecha zumo) y la miel. Además, hay un segundo grupo de carbohidratos simples (disacáridos), como los azúcares que contiene la leche (lactosa) o la sacarosa que es, en definitiva, el azúcar común que no solo podemos tomar sola, sino que está presente en multitud de productos elaborados.
- Carbohidratos complejos. También son una excelente fuente de energía pero se digieren más lentamente y eso hace que el nivel de azúcar no se dispare, algo especialmente importante en el caso de personas con diabetes. Pese a tratarse de azúcares, a diferencia de los anteriores, no tienen un sabor dulce. El almidón es uno de los más conocidos y este tipo de hidratos de lenta absorción se encuentran principalmente en los cereales, algunas hortalizas y en las legumbres.
No hay carbohidratos “buenos” y “malos”, todos son necesarios y cumplen la función primordial de proporcionarnos energía vital, pero hay que saber qué alimentos contiene cada uno de ellos para ingerirlos en el momento más oportuno. Por ejemlo, un tazón de cereales integrales pueden ser un excelente desayuno que nos ayude a funcionar bien toda la mañana. También un zumo de frutas natural puede aportarnos energía extra si inmediatamente vamos a practicar algún deporte o para recuperarnos de un esfuerzo físico. Elegir los hidratos convenientes en cada caso es una buena manera de cuidarnos.