Rosa María Torres
Alimentación
Algunos de los edulcorantes más utilizados podrían ser tóxicos
Hablamos de la sucralosa, la sacarina, el neotamo o el advantame, entre muchos otros
El azúcar es el nombre que popularmente recibe la sacarosa, un disacárido formado por glucosa y fructosa. Este componente alimenticio, potente donde los haya, tiene como misión dotar de energía al organismo y siempre ha sido objeto de numerosas críticas. Se encuentra de forma natural en frutos secos, verduras y frutas, pero la diferencia con el azúcar presente en la bollería industrial y otros alimentos procesados, por ejemplo, es que los primeros son considerados ‘azúcares buenos’. De hecho, el cuerpo los necesita para poder trabajar con normalidad. En cambio, los segundos ni son buenos ni el cuerpo los demanda.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo diario de azúcar de una persona, teniendo en cuenta que presenta una constitución con una masa corporal normal, no debe superar el 5% de la ingesta calórica, es decir, unos 25 gramos.
Entonces, si tenemos en cuenta que una lata de refresco suele tener 35 gramos de azúcar, ya estaríamos sobrepasando la cantidad recomendada, y sin apenas darnos cuenta. Por eso, muchas personas intentan sustituirlo con edulcorantes artificiales que, según parece (hay investigaciones abiertas estudiando estos datos), aportan un gusto dulce y tienen pocas calorías.
¿Qué edulcorante existen en el mercado?
Algunos son la sucralosa, el acesulfame K y el aspartamo, muy dulces incluso cuando se utilizan en pequeñas dosis, lo que hace que sean la mejor alternativa para usar en refrescos bajos en calorías y chicles sin azúcar. Otros, como el sorbitol y el xilitol, son más robustos y parecidos al azúcar real, por lo que se emplean como reemplazos en productos de confitería. Al ser artificiales, no son del todo saludables, a excepción de la stevia, que está hecha con las hojas de la planta del mismo nombre.
Los edulcorantes causan enfermedades
El consumo de edulcorantes está directamente ligado a enfermedades tan complejas como la obesidad, el cáncer, la diabetes tipo 2, los problemas de migraña e incluso problemas hepáticos. Esta información fue contrastada por un grupo de científicos de la Universidad Ben-Gurion del Negev, en Israel, y la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur. Estos comprobaron que cuanto mayor era la cantidad de edulcorante artificial en el organismo, más toxinas se liberaban.
Esta evidencia quiere dejar claro que el consumo de edulcorantes artificiales afecta negativamente a la actividad microbiana intestinal, que a su vez puede causar una amplia gama de enfermedades. Al menos los seis tipos con los que se experimentó: Sucralosa, Sacarina, Neotamo, Advantame, Acesulfamo de Potasio-K y Aspartame, los más utilizados por la industria alimentaria.
Por lo tanto, si tienes que consumir edulcorantes, ingiere estos químicos de forma responsable y nunca abusiva, u opta por opciones más naturales. Aunque lo ideal sería empezar a desprenderse de la necesidad de endulzar cualquier bocado y aprender a disfrutar los sabores originales de los alimentos.