María Martínez Denia
Alimentación
¿El ayuno intermitente mejora el Alzheimer?
Descubren el método para mejorar la memoria y tener un horario de sueño más regular, entre otros
Cerca del 80% de las personas que padecen alzhéimer, sufren alteración en el ritmo circadiano del organismo, es decir, del reloj biológico interno que regula muchos de los procesos fisiológicos, como dificultad para dormir y empeoramiento de la función cognitiva por la noche. Sin embargo, no existen tratamientos para el Alzheimer que se centren en este aspecto de la enfermedad.
Un nuevo estudio de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), ha demostrado en ratones que es posible corregir las alteraciones circadianas que se observan en la enfermedad de Alzheimer con la alimentación restringida en el tiempo, un tipo de ayuno intermitente centrado en limitar la ventana de alimentación diaria sin limitar la cantidad de alimentos consumidos. En el estudio publicado en la revista 'Cell Metabolism', los ratones alimentados con un horario restringido mostraron mejoras en la memoria y una menor acumulación de proteínas amiloides en el cerebro.
"Durante muchos años hemos supuesto que las alteraciones circadianas observadas en las personas con alzhéimer son consecuencia de la neurodegeneración, pero ahora sabemos que puede ser al revés: la alteración circadiana puede ser uno de los principales factores de la patología del alzhéimer", afirma la autora principal del estudio, la doctora Paula Desplats, profesora del Departamento de Neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego.
Las alteraciones en los ritmos circadianos que sufren las personas con dicha enfermedad neurodegenerativa, suponen cambios en su ciclo de sueño/vigilia, mayor deterioro cognitivo, confusión por las noches, y dificultad para conciliar el sueño y permanecer dormido.
"Las alteraciones circadianas en el Alzheimer son la principal causa de ingreso en residencias de ancianos --afirma Desplats--. Cualquier cosa que podamos hacer para ayudar a los pacientes a restablecer su ritmo circadiano supondrá una gran diferencia en la forma en que tratamos el alzhéimer en la clínica y en cómo los cuidadores ayudan a los pacientes a controlar la enfermedad en casa. Esto convierte a las alteraciones circadianas en un objetivo prometedor para nuevos tratamientos del alzhéimer, y nuestros hallazgos proporcionan la prueba de concepto de una forma fácil y accesible de corregir estas alteraciones".
Para llevar a cabo la investigación, alimentaron a un ratón con alzhéimer, con un horario restringido en el que sólo se les permitía comer en un intervalo de seis horas al día. En humanos, esto se traduciría en unas 14 horas de ayuno al día. Por otro lado, tenían ratones de control a los que se daba de comer a todas horas. Los ratones alimentados con el horario restringido resultaron tener mejor memoria, eran menos hiperactivos por la noche, seguían un horario de sueño más regular y sufrían menos interrupciones durante el sueño.
Los investigadores también detectaron mejoras en los ratones a nivel molecular. En los ratones alimentados con un horario restringido, los investigadores descubrieron que múltiples genes asociados con el alzhéimer y la neuroinflamación se expresaban de forma diferente. También descubrieron que el horario de alimentación ayudaba a reducir la cantidad de proteína amiloide que se acumulaba en el cerebro, una de las características más conocidas de la enfermedad de Alzhéimer.
"La alimentación restringida en el tiempo es una estrategia que la gente puede integrar fácil e inmediatamente en su vida --asegura Desplats--. Si podemos reproducir nuestros resultados en humanos, este enfoque podría ser una forma sencilla de mejorar drásticamente la vida de las personas que viven con alzhéimer y de quienes las cuidan".