La alimentación juega un papel clave en la vida de las personas, y ayuda a reducir el riesgo de múltiples enfermedades, entre ellas el cáncer.
Con el paso de los años, la ciencia ha confirmado que según cómo sea nuestra alimentación, puede protegernos o poner en riesgo nuestra salud. De hecho, está demostrado que hasta el 40% de los casos de cáncer podrían desaparecer llevando un estilo de vida saludable.
La Doctora Emilia Gómez Pardo compartió a través del canal de YouTube de la Fundación Cris Contra el Cáncer las claves para llevar un estilo de vida oncosaludable: "Los primero que hay que saber es que es sinónimo de vida saludable, porque es lo que hay que hacer para promocionar la salud, que es nuestro bien más preciado".
Las cinco claves
Huir de los tóxicos (alcohol y tabaco).
Llevar una alimentación saludable.
Mantener una vida activa.
Huir del sedentarismo.
Mantener un peso saludable.
"Primero de todo no hagamos daño a nuestro cuerpo yeliminemos alimentos ultraprocesados, carne procesada, bebidas azucaradas y alcohol" señala la doctora, que recomienda eliminar de nuestra vida.
El último paso para tener controlada nuestra alimentación es "dar a nuestro cuerpo las cosas que necesita para funcionar apropiadamente, que son los alimentos procedentes del mundo vegetal. Eso es lo que marca la diferencia. Cuando hablamos de alimentación y de prevenir el cáncer, la clave está en el mundo vegetal", asegura Gómez.
La alimentación protectora
"Cuando hablamos de una alimentación protectora de cáncer, y nos centramos en términos bioquímicos, lo que nos interesa es una alimentación nutritiva, antiinflamatoria, rica en fibra...Y todo esto nos lo aportan los alimentos vegetales", continúa explicando la doctora.
Verduras, frutas, alimentos integrales, legumbres, frutos secos y la combinación de estos grupos "nos asegura una alimentación antoixidante, nutritiva y antiinflamatoria de forma general", asegura Gómez.
Pero no hay que olvidarse de aquellos alimentos que nos proporcionan carotenoides, un principio activo que tiene "mucho que decir en la prevención de cáncer de mama", comenta la doctora. Este compuesto se suele encontrar en los alimentos de color naranja como las zanahorias o las calabazas.
De la teoría a la práctica
La doctora asegura que lo difícil de todo esto es ponerlo en práctica, por eso recomienda empezar tomando frutas y verduras todos los días: "Yo elegiría, dentro de las verduras, el consumo semanal de hojas y crucíferas. Son aquellas que tienen forma de bola, como la coliflor, el repollo, el brécol, el romanescu, que ahora está muy de moda, etc. Y, por supuesto, todas las de colores, como tomates, zanahorias... todo vale", recomienda.
Otro de los consejos de Gómez es eliminar de nuestra vida el consumo de alcohol: "La ciencia lo deja claro: el consumo de alcohol está relacionado con muchos tipos de cánceres, como el de mama, el de colon y otros del sistema digestivo. No hay un consumo de alcohol compatible con la salud. No cabe en un estilo de vida oncosaludable".
Por último, la doctora asegura que a la alimentación y al dejar de consumir sustancias nocivas hay que sumar la vida activa: "El movimiento, debe formar parte de nuestro día a día. Y esto tiene dos componentes básicos: la actividad física por un lado y evitar el sedentarismo por otro".
"Son dos componentes distintos y cada uno tiene su impacto en el riesgo o en la protección del cáncer. La Organización Mundial de la Salud estima que son imprescindibles 150 minutos a la semana de actividad moderada o 75 minutos de actividad vigorosa. Y no se deben estar ocho horas seguidas sentados o de la cama al sofá, al coche y de vuelta a la cama. Aunque cumplas con la primera parte, si practicas la segunda también estás incumpliendo esa máxima", concluye la doctora.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.