Para resolver dudas lo primero hay que saber que el agua con gas no es más que agua con anhídrido carbónico, el cual forma las burbujas, al igual que en cualquier otra bebida carbonatada. Este gas puede estar presente en el agua de manera natural, como añadirse después mediante una inyección a presión. Tanto la composición del agua con gas procedente de un manantial natural como la artificial es la misma, con lo que sus beneficios o perjuicios serán iguales. La única diferencia la encontramos en que la natural tiene un sabor más suave. Y, por lo que respecta a la composición mineral, tiene los mismos valores de sodio, magnesio y sodio que el agua normal.
Prejuicios entorno al consumo del agua con gas
Son muchos los mitos alrededor del agua con gas y no todos son ciertos ni falsos. Frases como “el agua con gas engorda”, “se come el calcio de los dientes”, “produce piedras en el riñón” son un ejemplo de ello, pero ¿qué hay de cierto en ello?
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El agua con gas no engorda: Ni el agua con gas ni el agua sin gas aportan calorías por lo que no hacen aumentar de peso, lo que es diferente a la distensión abdominal. Si se tiene tendencia a retener gases y a producir flatulencias puede provocar hinchazón abdominal como por cualquier otro alimento, por ejemplo, la coliflor.
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No perjudica el esmalte dental: Otro mito muy popular, pero la acidez que tiene no es suficientemente alta como para que produzca tal deterioro. Para que esto ocurriera se debería beber en grandes cantidades.
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No produce daños renales: Otra falsedad, y es que en realidad consumir agua con gas, de la misma manera que agua normal, es beneficioso para el organismo ya que ayuda a eliminar toxinas, a hacer menos densa la orina y a mantener en buen estado de salud los riñones.
Cuando es mejor no beberla
- Si comes de manera muy rápida, masticas poco o tragas aire, pues a la hinchazón habitual que producen estos hábitos se le habría de añadir la propia del agua con gas.
- Si eres propenso a producir gases, a sufrir acidez estomacal o al reflujo.
- Si padeces alguna enfermedad que afecta al intestino como enfermedad de Crohn, celiaquía, o intestino irritable, ya que podría aumentar las molestias.
- Si se sufre EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) ya que produce insuficiencia respiratoria que se agrava con la hinchazón abdominal debido a la presión que esta produce en los pulmones.
El agua con gas en nuestra dieta diaria
El agua con gas puede formar parte de tu día sin restricciones, a no ser que tengas problemas digestivos u otras enfermedades como las descritas anteriormente. Sus burbujas y su sabor algo amargo pueden hacerla más apetecible que el agua mineral normal, pero también hace que se beba menos cantidad porque que ingiere a pequeños sorbos. Cabe destacar que beber agua con gas es:
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Una buena opción para aumentar la ingesta diaria de agua: Aumentar la ingesta de agua diaria puede ser algo pesado si no es plato de nuestro gusto. Incorporar el agua con gas a nuestro día a día puede hacer que completemos la ingesta diaria de agua, pues es más fácil de tomar cuando no se tiene sed o no apetece el agua.
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Una alternativa a los refrescos: Substituir el refresco por una agua con gas siempre es más saludable, incluso más que si tomas un zumo natural de naranja, que contiene una gran cantidad de fructosa y glucosa. Además, si te la sirves o sirven con un poco de hielo y una rodaja de limón no necesitarás nada más.
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Una manera de hacer las digestiones más fáciles: A la hora de la comida o tras esta, beber un vaso de agua con gas hará que se segreguen más jugos gástricos, lo que a su vez ayudará a digerir las proteínas.
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Saciante: Esto es debido a la sensación de hinchazón que produce la conversión del anhídrido carbónico en dióxido de carbono al entrar en contacto con los jugos gástricos. Esta sensación de plenitud en el estómago te ayuda a comer menos, lo que agradecerás en caso de estar siguiendo una dieta de adelgazamiento.
Si bien tomar dos o tres vasos de agua con gas a lo largo del día puede ser beneficioso, no ha de ser un sustituto del agua normal, más bien un complemento y, en caso de necesitar reponer una cantidad importante de agua en el organismo, por ejemplo, después de hacer ejercicio o porque tienes mucha sed, siempre es preferible hacerlo con agua normal.