El atún es uno de los pescados que más se utilizan en la cocina y, de entre todas las conservas, se trata de la más consumida en España. Además de su exquisito sabor, lo podemos tener al alcance de la mano en cualquier momento en casa y nos puede salvar de un imprevisto en comidas o cenas. Realmente, las latas de atún nos dan un aporte nutritivo, de proteínas y de ácidos grasos importante; por lo que no, no es malo comer este tipo de conservas. Sin embargo, siempre con moderación, ya que hacerlo en exceso puede ser perjudicial para la salud.
España es el primer país de Europa en flota atunera y el segundo productor mundial de conservas. De toda la oferta que podemos encontrar en los lineales de los supermercados e hipermercados, la latas de atún que más éxito tienen son en aceite vegetal, tanto de girasol como, en especial, de oliva virgen. El problema que presenta esta conserva es que, al tenerlas tan a mano y ser tan sencillas de utilizar, puede que nos excedamos con su consumo.
¿Dónde está el problema de comer demasiado? Es sabido que el atún aporta numerosos beneficios para la salud, pero al ser un pez graso grande, la cuestión es la cantidad de mercurio que contiene. El mercurio es un producto químico tóxico para la salud humana que, en sus distintas formas, tiene diferentes efectos negativos en nuestro organismo.
La Organización de Consumidores y Usuarios(OCU) analizó la presencia de mercurio en 21 especies de pescados, cefalópodos y mariscos, y los resultados confirmaron una elevada concentración de este metal pesado en el pez espada y el atún rojo, entre otros más, además una presencia media en otros pescados habituales en nuestra dieta, como el bonito del norte, la lubina y la merluza.
En esta línea, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Organización de las Naciones Unidad para la Agricultura y la Alimentación (FAO), llevan años alertando de la creciente presencia de sustancias contaminantes en los peces de gran tamaño (como el mercurio), algo provocado, fundamentalmente, por el deterioro y la contaminación del medio marino.
Problemas de consumir mercurio
Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y niños pequeños son los más susceptibles de padecer las consecuencias negativas de una excesiva ingesta de este metales pesados mediante los alimentos, pero, en general, no es bueno para nadie. Según la OMS, pasarnos con su consumo puede conllevar riesgos para el sistema nervioso central y periférico y también estar relacionado con afecciones diversas, desde aquellas relativas al aparato digestivo, hasta otras que pudieran afectar a los riñones o al sistema respiratorio.
El atún en lata más saludable
Los expertos recomiendan que, a la hora de elegir la conserva, procuremos que sea al natural y, en caso de preferir la opción en aceite, que sea de oliva virgen extra. Debemos observar bien la lata y elegir aquellas que no estén ni hinchadas ni abolladas, porque esto puede poner en riesgo tu salud.
A pesar de ello, cabe destacar que hay que cuidar su consumo, pero no ser alarmistas ni renunciar al pescado azul. Este tipo de pescado es un alimento imprescindible en la dieta por el elevado contenido de nutrientes beneficiosos que aporta al organismo, entre los que destacan los ácidos grasos saludables como el Omega 3, tal y como señala la Fundación Española del Corazón,
Lo mismo indica la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), que defiende que la calidad de la proteína que aporta el pescado, así como los nutrientes esenciales que aporta, hacen que siga siendo un alimento básico en la alimentación de la población en general del que no hay que prescindir.
Sobre el autor:
Marta Vicente
Marta Vicente Carmona es Graduada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Máster de Marketing Digital y en Edición y Postproducción Digital. Es redactora especializada en temas de sociedad y salud y tiene experiencia como Community Manager.