La carne roja hace referencia al color que tiene cuando está cruda y fresca. Es decir, cuando no está cocida, la carne roja, como su propio nombre indica, es de color rojo, e incluye la carne de vacuno, ternera, cerdo, cordero, carnero, caballo y cabra, la carne picada y las hamburguesas que se elaboran con estos tipos de carne. Por su parte, la carne blanca abarca a los diferentes tipos de aves de corral (pollo, pato o pavo) y a otras de color más claro como la de conejo.
Si hablamos de los beneficios de la carne roja, debemos saber que tiene alto contenido de vitamina B, zinc, vitamina B12 y selenio. Mientras que la blanca se caracteriza por su alto contenido en proteínas, pocas grasas y calorías y también algunas vitaminas de tipo B.
Si queremos llevar una dieta sana y equilibrada es necesario saber la cantidad recomendable de los diferentes alimentos que consumimos, entre ellos la carne. ¿Sabes la cantidad que deberíamos tomar por semana?
Lo primero que debemos saber es que la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) recomienda consumir 325 gramos por persona a la semana de carne blanca, especialmente pollo o conejo, y un máximo de 125 gramos semanales y por persona de carne roja y procesada.
La carne roja y el riesgo de diabetes
Por otro lado, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Harvard y publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, asegura que consumir carne roja, aunque sea en pequeñas cantidades, puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, aunque su consumo sea en pequeñas cantidades.
"Encontramos un aumento modesto pero estadísticamente significativo del riesgo incluso con dos raciones de carne roja a la semana, y el riesgo siguió aumentando con ingestas más elevadas", aseguró Xiao Gu, autor principal del estudio e investigador postdoctoral del departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard.
Para llegar a esta conclusión, el equipo analizó los datos de 216.695 hombres y mujeres. Todos ellos proporcionaron detalles del tipo de dieta que han llevado durante más de 30 años. De todos ellos, unos 22.000 terminaron desarrollando diabetes tipo 2 mientras duraba el estudio.
Por otro lado, comprobaron que aquellos que comieron más carne roja tenían un 62% más de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que los que comían menos.
Otro de los datos relevantes es que cada porción diaria adicional de carne roja procesada se relacionó con un aumento del 46% del riesgo de desarrollar la enfermedad, mientras que la roja no procesaba se asociaron con un 24% más.
Ahora bien, a pesar de estos resultados, los investigadores llaman a la calma y Walter Willett, profesor de epidemiología y nutrición de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard y coautor del estudio, asegura que "Nuestros hallazgos no significan que la carne roja no deba comerse nunca, sino solo con más moderación que en la dieta típica estadounidense".
El mismo experto concluye que según los resultados obtenidos, "comer un filete grande una vez al mes o comer porciones más pequeñas de carne roja una vez a la semana sería coherente con un bajo riesgo de desarrollar diabetes tipo 2".
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.