Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorEl frigorífico es un electrodoméstico indispensable en nuestras cocinas. Sin embargo, no es una despensa y no todos los alimentos necesitan del frío para conservarse. De hecho, hay alimentos a los que el frío acelera su proceso de envejecimiento o pierden alguna de sus cualidades organolépticas (sabor, aroma…).
Vamos a hacer un repaso de algunos alimentos que solemos guardar en el frigorífico pensando, erróneamente, que estarán mejor conservados.
Vamos a comenzar por el chocolate, un alimento que en casi todas las casas se guarda en la nevera, pensando que así no se derretirá y se conservará mejor. Pero es un error porque cuando lo guardamos a temperaturas bajas, se forma una capa blanca que hará que su sabor cambie. Mejor conservarlo en un lugar fresco y seco, protegido de la luz.
Los tomates son otro alimento que conservamos en la nevera. Sin embargo, el frío no les va bien. Los tomates no sólo pierden su sabor en la nevera a baja temperatura, sino que el frío también detiene su proceso de maduración. A temperatura ambiente, sigue completando su proceso de maduración y acumula más compuestos volátiles que potencian su aroma y sabor.
Lo mismo sucede con las patatas. Las bajas temperaturas aceleran su proceso de envejecimiento, incluso modifica su textura y sabor, ya que con el frío el almidón se convierte en azúcar.
Las frutas de origen tropical y las que proceden de climas cálidos no deben guardarse en la nevera porque el frío no les conviene. Aquí nos encontramos gran variedad de frutas: mango, aguacate, piña, melón, sandía, plátano… Mejor guardarlas a temperatura ambiente. Por ejemplo, tanto el melón como la sandía pierden su sabor y parte de sus propiedades antioxidantes cuando están a temperaturas muy bajas.
Los cítricos son otras frutas que se conservan mejor fuera de la nevera.
Además, el frío detiene el proceso de maduración de las frutas y verduras, por lo que si compramos la fruta verde, solo madurará fuera del frigorífico.
El jamón serrano es otro de los alimentos que guardamos en la nevera. Sin embargo, el frío altera su aroma y su sabor, por lo que debemos dejarlo fuera del frigorífico.
El queso curado tampoco necesita frío para conservarse. Al revés, las bajas temperaturas lo resecan, agrietan y alteran su sabor. Mejor guardarlo en un lugar fresco y seco, con mayor motivo si se trata de un queso entero.
El café molido o en grano no se debe guardar en la nevera porque puede coger olores de la comida, perdiendo así su sabor característico. La mejor manera de conservar su frescura, sabor y aromas es guardarlo en un recipiente hermético, en un lugar fresco y preservado de la luz.
Tampoco es necesario guardar en la nevera las conservas porque están preparadas para mantenerse a temperatura ambiente.