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Alimentación
Tres 'falsos yogures' que están de moda y que ayudan a adelgazar con salud
Son alternativas al clásico yogur y nos aportarán esa dosis necesaria de calcio
Es esencial que en la dieta diaria no falte nuestra dosis de lácteos, ya que nos ofrecen minerales, proteínas, azúcares saludables o el valioso calcio para nuestros huesos. Dentro de este grupo de alimentos, las razones sobran para incluir los yogures naturales como parte de la ración diaria de lácteos, ya sea en el desayuno, como postre tras una comida, a media tarde o como parte de una cena ligera y sana. Tal es su importancia, que se recomienda a las personas mayores que tomen de 2 a 4 raciones de lácteos cada día y de 3 a 4 a las mujeres que se encuentran en la menopausia.
En los últimos tiempos, en los supermercados encontramos algunas alternativas al clásico yogur y que también nos aportará esa dosis necesaria de calcio. Son tres 'falsos yogures' que podemos tomar a cualquier hora, sin arrepentimiento alguno. Son tres lácteos relativamente nuevos en nuestro país y que gozan de una gran fama, por nutritivos y sobre todo, saludables.
Skyr
Aunque sus productores lo venden como un tipo de yogur, ya que tiene el gusto y la textura de ese producto, técnicamente el skyr es un queso crema hecho a base de leche desnatada. En Islandia ya los comían los vikingos hace 1.000 años, pero hace cerca de una década se empezó a consumir en otras partes del mundo, y en algunos países ya vive un auge. Es el caso de España, donde se ha convertido en uno de los productos más vendidos de la cadena de supermercados Lidl, que lo comercializa a través de la marca propia Milbona.
Su principal atractivo -y el motivo por el que se lo considera un "superalimento"- es que es muy sano. Tiene muchas proteínas, poco azúcar y nada de grasa. Para los amantes de la buena nutrición, el alimento ideal. Está elaborado con leche desnatada y su contenido en grasa, por lo tanto, es mínimo. De ahí que su consumo se haya popularizado entre deportistas -en el fitnesss sobre todo- y algunos nutricionistas lo recomienden en dietas de adelgazamiento por la saciedad que aporta.
Su composición está formada por agua (85-90%); un buen aporte de proteína (10-12%), micronutrientes y una mínima cantidad de lactosa. El skyr es un alimento muy saciante, muy poco calórico y, como hemos dicho, sin casi grasa.
Kéfir
Aunque también lo hay elaborado a base de agua, el kéfir más habitual es un derivado lácteo, similar al yogur pero con propiedades diferentes, muy favorables a la hora de facilitar el proceso de la digestión y cuidar el sistema digestivo. En concreto, es una bebida fermentada que se conoce desde la antigüedad y que es originaria de las regiones del Cáucaso. En las últimas décadas se ha convertido en un ingrediente común presente en la dieta mediterránea por ser un alimento probiótico que puede resultar realmente beneficioso para la salud.
Los nódulos de kéfir, de los que se obtiene esta especie de yogur líquido de sabor ligeramente ácido, están compuestos por distintos microorganismos vivos (bacterias, levaduras, hongos…) que, una vez introducidos en la leche -de vaca, oveja o cabra- desencadenan el proceso de fermentación que origina este alimento.
Su cualidad más destacable es precisamente el hecho de ser un probiótico, un alimento funcional, que, al tomarlo, hace que los microorganismos vivos que nos aporta actúen en beneficio de nuestra propia salud. Por un lado, las bacterias que incorpora el kéfir actúan regenerando la flora intestinal y devolviéndole su equilibrio. Es recomendable, por ejemplo, después de un tratamiento con antibióticos que haya podido dañarla o alterarla. Esta característica convierte al kéfir en un buen aliado a la hora de fortalecer el sistema inmunológico general.
Los efectos beneficiosos de incluir el kéfir en la dieta se aprecian especialmente en el alivio de problemas habituales del aparato digestivo. Patologías como el estreñimiento, la acidez o el reflujo pueden mejorar con el consumo regular de este alimento. Y es que en su composición no faltan otros nutrientes esenciales. Aminoácidos como el triptófano, minerales como el calcio o el fósforo y vitaminas, especialmente K y del grupo B, aumentan el valor nutricional de un alimento idóneo para cuidar el tracto intestinal
El kéfir posee propiedades antibacterianas. Sus bacterias “buenas” combaten la presencia de otras bacterias que pudieran prolifferar en el organismo, especialmente en el intestino, resultando perjudiciales. Además, distintos estudios apuntan a que podría aportar otros beneficios importantes para la salud, desde aliviar problemas de estrés y ansiedad, hasta contribuir a reducir la presencia de colesterol malo en sangre.
Queso fresco batido
Es otra de las opciones nuevas y más saludables del momento. Su uso o consumo aún no es muy frecuente pero cada vez se extiende y se conoce más. Es muy parecido en composición al skyr y también tiene un alto aporte de proteínas: agua (85-90%); proteína (10-12%); micronutrientes más una mínima cantidad de lactosa y sus ingredientes son: leche desnatada pasteurizada, y fermentos lácticos.
El queso fresco batido casi siempre se suele vender desnatado, con lo que tampoco tendría apenas grasa. Además, es un producto que se puede tomar tanto en salado como en dulce, por lo que encajaría con todo, según nuestros gustos. Es además, un alimento con gran fama dentro del mundo fitness por su alto contenido en proteínas.