Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorEl ácido fólico, conocido también como vitamina B9, es una vitamina esencial para la salud que el cuerpo no es capaz de sintetizar por sí mismo, es decir, necesita obtenerla con la alimentación o suplementos dietéticos.
Podemos adquirirla en forma de folato, un aminoácido que se encuentra en algunos alimentos; o en forma de ácido fólico, que es el folato sintetizado y se encuentra en suplementos dietéticos y alimentos fortificados con él.
El déficit de vitamina B9 se asocia con malformaciones congénitas del tubo neural y alteraciones en el feto, problemas en el lenguaje, alteraciones de la mucosa bucal, depresión, irritabilidad, insomnio, autismo, deterioro cognitivo, psicosis y fatiga. Además, riesgo de padecer enfermedades como leucemia y diabetes y, cuando los niveles de homocisteína se ven alterados puede derivar en enfermedades de tipo cardiovascular como el infarto de miocardio.
Cuando se trata de mujeres embarazadas un déficit de ácido fólico, además, puede provocar desprendimiento de placenta o un aborto espontánea, de ahí que se suela suplementar a las mujeres antes de la concepción y durante los primeros meses de embarazo.
Entre las causas más más habituales de déficit de vitamina B9 podemos destacar:
Soja, pipas de girasol, hígado, legumbres (judías y garbanzos), verduras de hoja verde (acelgas, espinacas, lechuga, cardo), remolacha, puerro, col, grelos, guisantes, haba, cítricos, huevos y leche contienen folato, con lo que su ingesta representa un buen aporte. No obstante, llevar una dieta rica en estos alimento no garantiza tener buenos niveles de vitamina B9 ya que al cocinarlos parte de la vitamina se pierde.
Es en el intestino delgado, concretamente en el tramo del yeyuno, donde se absorbe el folato. Todas aquellas circunstancias que alteren el yeyuno (cirugías de derivación gástrica, enfermedad celíaca no tratada, síndrome del intestino corto o enfermedades inflamatorias del intestino) y, por consiguiente, la absorción de nutrientes, predisponen también a una mala absorción de ácido fólico y a su déficit.
Existen algunos medicamentos como los antiepilépticos y los antibióticos que debido a las sustancias que contienen inhiben la absorción y utilización del folato.
La vitamina B12 es esencial para procesar el folato. Ante un déficit de esta vitamina, el folato queda en el interior de las células y en el suero de la sangre, lo que hace que sea expulsado a través de la orina. En este sentido, durante el embarazo y en aquellas alteraciones o enfermedades que produzcan un déficit de vitamina B12, como son las anemias hemolíticas, el alcoholismo o un tratamiento de diálisis, predisponen al déficit de ácido fólico.
El gen MTHFR se encarga de codificar la enzima que convierte el ácido fólico en una forma útil para el cuerpo. Una alteración genética produce una deficiencia de la enzima lo que impide que se sintetice el ácido fólico y este no pueda usarse para descomponer la homocisteína, un aminoácido que en niveles altos en sangre puede producir tromboembolias, preeclampsia y en las mujeres embarazadas aborto espontaneo.
Ante la alteración del gen MTHFR es recomendable hacer revisiones periódicas de los niveles de homocisteína por si es necesario una suplementación.