Mariola Báez
Alimentación
Flanes y púdines ideales para incluir en una dieta texturizada
Recetas con todo tipo de ingredientes, indicadas para adultos mayores con dificultades de deglución
Son muchos los motivos por los que puede ser necesario un menú elaborado a base de platos que tengan una buena consistencia, pero que no requieran un excesivo trabajo de masticación para formar el bolo alimenticio y poder tragar sin dificultad.
Como explica la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (@SEORLCCC), la disfagia, que implica distintos trastornos que afectan a la deglución, es una patología frecuente que afecta a, aproximadamente, dos millones de personas en España. Además, puede tener graves complicaciones cuando provoca que parte de las partículas alimenticias lleguen a acceder a las vías aéreas superiores.
Cuándo es aconsejable una dieta texturizada
Un plan nutricional de este tipo está pensado para lograr recetas apetecibles, alejadas de los clásicos purés, con el grado justo de triturado para que la deglución resulte sencilla. Puede resultar idónea como dieta temporal o definitiva, no solo cuando hay dificultades al tragar por alteraciones en la faringe o en el esófago, sino también en otras circunstancias, por ejemplo en un proceso de recuperación tras una intervención quirúrgica, cuando existen molestias bucodentales o patologías como la boca seca. También puede ser necesaria ante determinadas enfermedades neurológicas, como el Alzheimer o el Párkinson.
Son muchas las opciones que se pueden incluir en los distintos menús texturizados. Cada receta lleva un ingrediente base con una textura determinada. Puede ser miga de pan, puré de patatas, gelatina, harina o huevos para lograr un flan. A esa base se podrán añadir toda una suerte de ingredientes, convenientemente licuados o triturados, desde carnes o pescados, hasta frutos secos para obtener platos ricos y variados que puedan saborearse sin problema alguno.
Con ingredientes básicos puedes hacer platos creativos y deliciosos, muy alejados del concepto de comida “de hospital”. Prueba a hacer algunas de las recetas que te proponemos y comprobarás que son perfectas para incluir en tus menús, tengas o no problemas al tragar.
Pudin de pan con verduras
Esta es una propuesta para poner en práctica la cocina de aprovechamiento porque puedes prepararla con pan que te haya sobrado del día anterior. Además, admite las verduras que más te apetezcan. En este caso y como ejemplo, vamos a utilizar dos puerros pequeños y un ramillete de brócoli. Corta los puerros en finas rodajas y hiérvelas entre 5 y 8 minutos. Cuece también el brócoli por separado.
Mientras, coloca en una bandeja 3 o 4 rebanadas de pan y empápalas en leche. Cuando las verduras estén listas, escúrrelas bien y bátelas en la batidora. Añade el pan sin la leche sobrante, bate de nuevo e incorpora tres huevos, de uno en uno. Para que el pudin quede más cremoso, añade medio vaso de nata para cocinar. Salpimenta la mezcla a tu gusto y colócala en un molde, previamente untado con mantequilla. Deja que se haga al horno a una temperatura de unos 180ºC en un tiempo aproximado de 35 a 40 minutos.
Pastel de pescado
Una excelente manera de tomar pescado sin riesgo de atragantamiento, eliminado previamente cualquier espina. Puedes hacerlo con la especie que prefieras, aunque las más sabrosas son el atún el salmón y la merluza.
Como primer paso, sofríe media cebolla y unas tiras de pimiento rojo, cortando ambos ingredientes en trozos mínimos. Reserva la mezcla, cuece el pescado que hayas elegido y desmenúzalo eliminando las pieles y las espinas. En la batidora, mezcla 3 huevos con 50 gramos de queso cremoso, 150 gramos de nata líquida y dos cucharadas de aceite de oliva. Incorpora a la mezcla obtenida el sofrito y los trocitos de pescado (sin batir). Colócalo en un molde para horno, espolvorea con perejil y queso rallado y deja que se haga unos 45 minutos a 200ºC.
Quiché de patata, bacon y espinacas
Este es plato completo que puedes tomar de la manera más sencilla. En primer lugar, haz un puré de patatas. Después, hierve las espinacas y, una vez escurridas, prepara con ellas un sofrito en el que también incorpores cebolla cortada en cuadrados pequeños junto a unas tiras cortas y muy finas de bacon. Para que el sofrito quede más jugoso, añade 75 gramos de nata o leche evaporada. Monta el quiché colocando una capa de puré de patatas en el correspondiente molde, una de la mezcla hecha con el sofrito y nuevamente otra de puré. Cubre con queso rallado y gratina unos 5 u 8 minutos.
Flan con frutos secos
Hacer un flan casero es muy fácil y si te cuesta masticar o tragar los frutos secos, puedes incorporarlos triturándolos muy bien previamente, para así tomarlos sin problemas. Para preparar el flan, bate a mano con una varilla 4 huevos, medio litro de leche y 100 gramos de azúcar. Añade los frutos secos casi “pulverizados” y bate de nuevo. Distribuye en un único molde o en recipientes individuales, y deja que se haga al baño María entre 30 y 40 minutos. Desmolda y enfría en nevera.