Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
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Martes 23 de febrero de 2021
ACTUALIZADO : Martes 30 de enero de 2024 a las 9:24 H
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Dulces, salados, rellenos, cubiertos… El croissant es una de las piezas de bollería que más gustan. Este bollo francés de fama mundial tuvo su origen en Austria y es tan conocido y popular que tiene hasta su día mundial: el 30 de enero se celebra el Día Internacional del Croissant.
Una masa hojaldrada y crujiente y un maravilloso sabor a mantequilla son las claves de un buen croissant. Para elaborarlo, necesitamos una buena mantequilla y mucha paciencia. Pero, si nada se te resiste y quieres probar tus propios croissants, te contamos cómo puedes prepararlos.
Tres ingredientes clave para hacer unos buenos croissants son la harina de fuerza, levadura fresca de panadería y mantequilla de calidad. A ellos les debes sumar la paciencia porque el proceso es largo al necesitar de varios periodos de reposo y a la masa hay que darle varias vueltas para lograr el hojaldrado más crujiente.
Los ingredentes que vamos a necesitar: 1 kilo de harina de fuerza, 150 gramos de azúcar, 50 gramos de levadura fresca, 300 mililitros de leche, 350 gramos de mantequilla (100 gramos para la masa, 250 gramos para los pliegues) y dos huevos.
Comenzamos preparando el fermento natural con la levadura, un poco de agua templada y un poco de harina. Lo dejamos reposar unos 20 minutos.
Después, mezclamos los 100 gramos de mantequilla de la masa a temperatura ambiente, el azúcar y la sal y se integran todo bien. Después se añaden el resto de ingredientes, se amasa todo bien y lo dejamos reposar unos 45 minutos en la nevera.
Ahora viene el proceso de crear las capas. Comenzamos estirando bien la masa y colocando encima los 250 gramos de mantequilla y lo envolvemos como si fuera un paquete. Lo giramos y aplastamos bien la masa con un rodillo hasta volver a formar otro rectángulo de masa, que volveremos a plegar de nuevo como si fuera un paquete. Debemos repetir este proceso de plegado cuatro veces, girando la masa y esperando unos 20 minutos entre una y otra.
De nuevo, volvemos a estirar la masa en un rectángulo que vamos a cortar en bandas de 10 centímetros. Esas tiras las vamos a cortar en triángulos, que enrollaremos desde la base a la punta. Una vez formados nuestros cruasanes, los dejaremos reposar hasta que doblen su volumen.
Antes de meter en el horno, los pintaremos con un poco de huevo batido, lo que les dará un tono dorado muy apetecible. Los hornearemos a 225ºC durante 15 minutos.