Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorLa fruta y la verdura la solemos guardar en la nevera y vamos sacando al frutero las piezas para consumo ese día para que no estén tan frías. ¿Te has planteado si es la forma correcta de conservar la fruta? Vamos a intentar arrojar un poco de luz sobre este tema aunque, al parecer, no lo hacemos bien.
Está claro que con en los meses de verano, la nevera se hace más imprescindible que nunca para guardar la fruta, puesto que el calor la estropea más rápido y porque nos apetece refrescarnos tomando la fruta directamente de la nevera.
Pero lo cierto es que depende de la fruta se deberá conservar en la nevera o no. La razón es porque hay frutas que ven alterado su sabor y su textura con temperaturas bajas, como los cuatro grados de temperatura correcta del frigorífico. Y esos son pocos grados para todas las frutas. Por esta razón, a pesar de que muchos modelos de frigoríficos cuentan con amplios cajones para la fruta en la parte inferior, lo cierto es que es mejor guardarla en el estante de arriba, que es el que menos temperatura tiene de todo el electrodoméstico, dejando el estante inferior para pescados, carnes y platos elaborados, por ejemplo.
Las frutas tropicales se deben conservar fuera de la nevera, mejor en un lugar fresco, seco y alejado de la luz solar. Nunca las guardes en bolsas se plástico e intenta no mezclar unas frutas maduras con otras verdes, porque el proceso de maduración de estas últimas se acelerará. Estamos hablando de aguacates, papayas, mangos, kiwis, piñas o plátanos, por ejemplo.
Otras frutas que no requieren conservarse en la nevera son los albaricoques, las peras, las ciruelas, los melocotones, las nectarinas, los melones, etc. Entre otras razones es que estas frutas se recolectan verdes para continuar su maduración lejos de la planta, por eso lo mejor es dejarlas a temperatura ambiente.
Hemos dicho que el melón y la sandía no deben estar en la nevera. Nos referimos a antes de abrirlos, porque una vez empezados, ambas frutas se conservan mejor en el frigorífico.
Ahí también debemos guardar las frutas que dejan de madurar una vez recolectadas y que en pocos días comienzan a estropearse. Es el caso de los frutos rojos: fresas, arándanos, cerezas, etc. Lo mismo sucede con las uvas, por ejemplo. Están mejor en la nevera, en la parte superior y mejor si las sacamos media antes de consumirlas para que podamos disfrutar de todo su sabor.
Y nos encontramos con frutas que pueden guardarse en el frigorífico o bien a temperatura ambiente, se conservan en perfectas condiciones. Es lo que sucede con las manzanas y los cítricos. En el caso de las manzanas, si están mucho tiempo a temperatura ambiente, cogen una textura harinosa que a veces no resulta agradable.