Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorLos germinados son un superalimento con un gran poder antioxidante y también revitalizante. Pero ¿qué son? Cuando hacemos germinar una semilla de una determinada planta, obtenemos estas “plantitas”. Muchos de nosotros, cuando éramos pequeños en el colegio, guardamos unas lentejas en algodón y lo dejamos en un envase de yogur con el compromiso de regarlo regularmente. Al cabo de unos días, teníamos unas pequeñas plantitas, nuestros germinados.
En el mercado podemos encontrar una amplia muestra de este alimento lista para consumir. Pueden ser de cereales (alfalfa, centeno, quinoa, mijo...), de legumbres (lentejas, soja…), de verduras (col, calabaza, coliflor, rábano, apio, cebolla...) y de plantas aromáticas o especias.
Al estar empezando a crecer, estas pequeñas plantas están rebosantes de nutrientes, puesto que los necesita la propia planta para desarrollarse plenamente. Las proteínas de las semillas se convierten en aminoácidos de fácil digestión, por lo que, si sufrimos digestiones pesadas, podemos incorporarlas a nuestra dieta.
Uno de sus grandes beneficios son las enzimas que aporta. Contienen una gran cantidad de ellas, que nos ayudan con la digestión, refuerzan el sistema inmune, nos aportan energía y ayudan al cuerpo a eliminar toxinas.
También nos aportan clorofila, una sustancia muy interesante para tratar la anemia ya que aumenta la calidad y cantidad de los glóbulos rojos, ayuda a oxigenar el cuerpo y tiene propiedades antioxidantes.
La parte negativa es el cuidado que hay que tener durante el proceso de germinado y en la conservación de los mismos. Las condiciones de producción, especialmente si decidimos hacer nuestros propios germinados en casa, deben estar muy controladas. La humedad necesaria para que se produzca la germinación las pueden aprovechar otras bacterias para reproducirse.
Una forma de evitar esta posible contaminación es cocer los germinados un par de minutos antes de comerlos. De todas formas, no debemos guardarlos más de cuatro o cinco días en la nevera.
Estos alimentos tienen gran versatilidad a la hora de incorporarla a nuestros platos. Los podemos usar tanto en ensaladas como en bocadillos, tortillas, o añadirlos a una crema de verduras, lo que nos aportará un toque diferente.
Por ejemplo, el germinado de berros puede darle un toque distinto a un bocadillo, no solo por su llamativo color. Los brotes de brócoli o alfalfa pueden dar un sabor diferente a una ensalada de pasta. Los germinados de rúcula le pueden dar un toque picante a nuestros platos. También podemos darle un acabado diferente a una crema.