Mariola Báez
Alimentación
La verdad sobre los alimentos "bio" que ves en el supermercado y son más caros
No está reconocido, ni demostrado científicamente, que resulten más beneficiosos para la salud
El consumo de alimentos denominados ecológicos o bio se ha incrementado de manera notable en España y en el resto de Europa en los últimos años. Frutas, verduras, hortalizas o carnes, procedentes de la agricultura ecológica y de la ganadería no intensiva son cada vez más habituales en supermercados y tiendas especializadas. Generalmente, tienen un precio más elevado que el mismo alimento producido a la manera “tradicional” y, en muchos casos, su aspecto resulta más atractivo, con “cara” de más saludables.
En este tema, es importante tener claros una serie de conceptos y recordar que no existen pruebas científicas o informes lo suficientemente contrastados que resulten concluyentes para poder afirmar que los alimentos bio o eco son más sanos, nutritivos o beneficiosos que cualquier otro que puedas encontrar en el correspondiente lineal del super.
¿Qué son los alimentos ecológicos?
Es cierto que los alimentos y productos ecológicos son distintos a los convencionales, pero su principal diferencia radica no tanto en su composición sino en el método de producción porque proceden de la agricultura y ganadería ecológica que, como señala el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, es aquella en la que no se utilizan productos químicos como fertilizantes, pesticidas o antibióticos para la alimentación animal.
Las consecuencias beneficiosas para el medio ambiente y para lograr el objetivo de hacer compatible el respeto al entorno con la alimentación humana son evidentes, por lo que, realmente los alimentos así obtenidos son, efectivamente, ecológicos.
Por otra parte, también es cierto que, probablemente debido a esta manera de producir más natural, las frutas y hortalizas bio presentan características de aroma, sabor o textura más intensas y sabrosas, apreciables en el momento del consumo. Un tomate o un melocotón bien jugosos, con un sabor lleno de matices y un olor inconfundible… probablemente procedan de un cultivo ecológico, pero no necesariamente.
Derivados y transformados
Respecto a los productos derivados o transformados, la legislación comunitaria establece que, para considerar un producto ecológico, este debe contener como mínimo el 95% de ingredientes orgánicos, descartando cualquier tipo de alimento modificado genéticamente. En España, con carácter general, son los Comités de Agricultura Ecológica de las comunidades autónomas los que otorgan la calificación “ecológica” a una determinada producción.
En resumen, los productos ecológicos se diferencian en su producción respetuosa con el medio ambiente y seguramente tienen un sabor más natural y “auténtico”, ya que no se emplean elementos químicos en su obtención, pero, tal como recuerda Nutrimea (portal del Observatorio de la Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra), los estudios sobre si estos alimentos son más saludables por su calidad nutricional, no ofrecen una respuesta clara y concluyente.