Mariola Báez
Alimentación
Las dietas disociadas, ¿pueden llegar a ser perjudiciales o peligrosas para una persona mayor?
No hay base científica que avale la teoría de la separación de alimentos para adelgazar
Hay muchas y de lo más variadas, desde la dieta disociada de Hay, que fue la primera en darse a conocer en los años 20 del pasado siglo, hasta la popular dieta Montignac considerada, en su momento, de las más efectivas a la hora de conseguir el objetivo de bajar de peso.
En general, una dieta disociada o disociativa parte de la siguiente premisa: a la hora de adelgazar o de mantenernos en el peso ideal, no importa tanto la cantidad de alimentos ingeridos, sino el orden en el que los tomemos. Cualquiera de estos regímenes, recogidos en el documento de salud pública Dietas Mágicas de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, desarrollado en colaboración con la Fundación Española de Nutrición (FEN) se basa en intentar separar los alimentos en grupos, teniendo en cuenta su composición en macronutrientes. Los defensores de estas dietas afirman que es la combinación que hacemos de los alimentos (y no sus calorías y nutrientes) lo que hace que podamos engordar o adelgazar.
En principio parece sencillo. Una dieta disociada no mezcla hidratos de carbono con proteínas ni con grasas. Cada grupo de alimentos se debería tomar en comidas distintas.
Desmantelando mitos y premisas erróneas
Al hablar de las también llamadas dietas milagro, desde el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social se insiste en la necesidad de estar informado y poder llevar una alimentación variada y saludable que se adapte a nuestras necesidades, desconfiando de aquellos planes de adelgazamiento que prometen resultados rápidos y asombrosos. En el caso de adultos mayores, con requerimientos nutricionales específicos, esta recomendación es básica.
Tal como explican autores del documento de la FEN, este tipo de dietas parte de una idea que, en la práctica, no es posible, porque casi todos los alimentos incluyen los tres grandes grupos de macronutrientes en su composición: hidratos de carbono, proteínas y grasas en mayor o menor proporción.
El sentido común también entra en juego. Las calorías ingeridas son la mismas independientemente del orden en el que se tomen y el gasto calórico dependerá del propio metabolismo y del nivel de actividad física que desarrollemos.
Riesgos para la salud
En cuanto a los posibles riesgos para la salud. La mayoría de las dietas disociadas no se consideran de las más peligrosas, por no resultar, en principio, restrictivas respecto a las cantidades de alimentos, aunque a la hora de la verdad algunas se basan en menús claramente hipocalóricos. Llevadas a cabo por un periodo de tiempo considerable, podrían llegar a provocar carencias de algunos de los nutrientes esenciales para el organismo.
Como resumen podría decirse que no hay base científica alguna que confirme que una determinada combinación de alimentos favorece la pérdida de peso. Una dieta saludable, como la mediterránea, y el suficiente ejercicio son la mejor garantía para alimentarnos bien y mantener el peso correcto a cualquier edad.