Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
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Sábado 7 de octubre de 2023
ACTUALIZADO : Sábado 7 de octubre de 2023 a las 9:02 H
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Empieza el otoño y pronto comenzaremos a ver en el mercado una amplia variedad de setas con las que cocinar suculentos platos, desde un salteado a un risotto, desde una crema, a unas croquetas, canelones o, simplemente, hechas a la plancha con un poco de ajo y perejil. Las hagamos de una manera o de otra, las setas nos llenan siempre de ese aroma y sabor a campo, a lo natural, son un regalo para el palar y para nuestra salud, pues son múltiples sus beneficios.
Destacan por ser una importante fuente de proteína vegetal de alta calidad; minerales como el selenio, el zinc, el cobre y el potasio; vitaminas del Grupo B y una gran cantidad de agua, siendo bajos los hidratos de carbono, las calorías y las grasas.
Es tal la importancia de sus propiedades y beneficios que algunas setas se han utilizado durante siglos en medicina. Veamos algunas de sus propiedades
Algunas setas como el shiitake contienen una gran cantidad de cobre, un oligoelemento que favorece la producción de colágeno, responsable de que la piel se mantenga tersa. Además, gracias a la cantidad de agua que contienen, un 80% son agua, mantienen la piel bien hidratada.
El champiñón, el shiitake o el reishi contienen polifenoles, flavonoides y vitamina C, todos ellos elementos con gran acción antioxidante que favorecen la oxigenación celular, promueven la longevidad y combaten los radicales libres.
Como decía, las setas no contienen apenas grasa y son bajas en calorías: entre 15 y 27 calorías por cada 100 gramos. Por ejemplo, los champiñones cuentan con 15 calorías, los boletus 25 y los níscalos 27, por tener unas referencias. Esto hace que sean ideales para aquellas personas que siguen una dieta de adelgazamiento.
Las setas son de digestión lenta y con un bajo índice de azúcar, por lo que no afectan de manera significativa en la glucemia ni generan picos de insulina, razón por la que son muy recomendables para la dieta de las personas que padecen de diabetes.
Además de no contener colesterol, algunas variedades hacen que la sangre circule de manera más fluida y protegen las paredes arteriales ayudando a mantener los niveles de la presión arterial
Al ser un alimento alcalino regula la acidez del organismo. Gracias al selenio que contienen y a los beta-d-glucanos juegan un papel importante en la función hepática y actúan como un desintoxicante natural.
Por su contenido en vitamina D favorecen la cicatrización de heridas, acné y eczemas. Además, por sus propiedades antiinflamatorias es buenas en procesos artríticos.
Las setas aumentan la producción de citoquinas, unas células que intervienen como freno a las infecciones. Los polisacáridos y la vitamina C que contienen resultan unos compuestos fundamentales que refuerzan el sistema inmune y las defensas naturales.
Algunas setas ricas en hierro y magnesio, como las portobello, de la familia de los champiñones, favorecen la neurotransmisión, activando la función cerebral.
Una de las causas más comunes por la que se cae el cabello es la anemia por falta de hierro. Las setas son ricas en este mineral, así como de selenio y cobre, los tres minerales fundamentales en la formación de queratina y aporte de nutrientes a los folículos capilares para que el cabello crezca fuerte y sano previniendo la caída.