Mariola Báez
Alimentación
Medidas sencillas que te ayudarán a evitar la contaminación cruzada de los alimentos
El objetivo es prevenir intoxicaciones alimentarias y evitar reacciones alérgicas más o menos graves
Sabemos que extremar la higiene a la hora de manipular y cocinar los alimentos es básico para la propia salud. Tal como explica la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), cada año en nuestro país enferman miles de personas por tomar alimentos contaminados. En muchos casos, esos alimentos estaban en perfecto estado y ha sido en el proceso de conservación y elaboración donde se han visto afectados por un microorganismo patógeno procedente de otros alimentos con los que han entrado en contacto.
No solemos reparar en ello, pero el riesgo de contaminación cruzada está muy presente en la cocina. Los alimentos crudos pueden contener todo tipo de bacterias (buenas y malas). Reducir el peligro de una intoxicación alimentaria depende en gran medida del tratamiento que demos a los alimentos.
La máxima higiene es norma. Lavarse bien las manos y secarlas con papel desechable, lavar a fondo todo aquello que vayamos a tomar en crudo y cocinar muy bien los alimentos, especialmente los de origen animal, son algunas recomendaciones básicas que da AECOSAN para evitar ingerir alimentos contaminados.
Cómo puede producirse la contaminación cruzada
Un alimento que contenga microorganismos nocivos puede acabar afectando a otros que estén en perfectas condiciones para el consumo. La contaminación cruzada se produce por contacto directo, por ejemplo al colocar un alimento “sano” junto a otro contaminado en la nevera, compartiendo un mismo recipiente, y también por contacto indirecto. Las tablas de corte y preparación, los trapos de cocina o los utensilios que se emplean para cortar, batir o mezclar pueden ser el vehículo perfecto para que las bacterias pasen de un alimento a otro.
Nunca uses el mismo soporte o utensilio para tratar dos alimentos distintos sin antes lavarlo a fondo y secarlo. Por ejemplo, si cortas carne cruda en una tabla de madera, no la uses (ni tampoco el mismo cuchillo) para trocear los ingredientes de la ensalada que también vas a tomar. Si la carne estuviese contaminada, tras la cocción, resultaría saludable, pero tu ensalada (en crudo) podría verse afectada.
Intolerancias, alergias y enfermedad celíaca
A la hora de evitar la contaminación cruzada hay que extremar las precauciones si en casa hay alguna persona celiaca o que presente intolerancia a algún alimento. En este caso, no se trata de un alimento con microorganismo patógenos que contamina a otro, sino de alimentos en buen estado pero que contienen alguna sustancia perjudicial solo para la persona que padece la intolerancia. Es el caso del gluten para los celiacos. Además de las medidas generales para evitar la contaminación cruzada de los alimentos, entre las recomendaciones específicas para evitar riesgos en el caso de personas con enfermedad celíaca, la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE) destaca:
- Almacenar los alimentos sin gluten siempre en recipientes independientes y separados del resto, tanto en la nevera como en la despensa, e identificarlos correctamente (carteles, pegativas…). A la hora de colocarlos, sitúa los alimentos libres de gluten encima de los otros (por si cae algo).
- Nunca utilizar el mismo aceite para cocinar alimentos con y sin gluten.
- No compartir utensilios como cucharones, cubiertos, espumadera… ni pequeños electrodomésticos, como por ejemplo, un tostador (las migas de pan con gluten y sin él se mezclarían fácilmente).