¿La miel caduca? ¿Engorda menos que tomar azúcar?

La miel ha sido un alimento venerado por el hombre desde hace miles de años debido a sus propiedades para el organismo y culinarias. Los antiguos egipcios o los griegos ya la tenían como un alimento sagrado, pero muchas de sus aplicaciones terapéuticas, no tienen un soporte científico que avale dicha efectividad. Veamos algunas de las creencias más arraigadas que no son del todo exactas.

Alta en vitaminas y minerales

Su valor nutricional es bastante limitado ya que aparte de la energía, el aporte de otros nutrientes (antioxidantes, vitaminas, minerales, etc.) aunque presentes, es escaso. La miel es un alimento energético, rico en hidratos de carbono, glucosa (31%) y fructosa (39%) pero escaso en minerales y vitaminas. Por lo que si quieres obtener una cantidad significativa de vitaminas y minerales mediante la ingesta de miel deberías realizar un consumo muy superior al recomendado, con loq ue también se incrementaría de manera sustancial el aporte de calorías.

Engorda menos que el azúcar

La sustitución de otros edulcorantes con calorías, como el azúcar, por la miel no tiene mucho sentido desde el punto de vista calórico. Cuando se compara el valor energético de 100 g de azúcar frente a 100 g miel encontramos que el primero tiene 375 kcal y la segunda 309 kcal, de forma que la diferencia no es muy significativa.

Potencia el sistema inmune

Habitualmente se recomienda la ingesta de miel para combatir catarros, resfriados, laringitis por su actividad antibacteriana. Pero la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), declara que no hay suficiente evidencia científica como para poder atribuir a la miel la propiedad de mejorar el sistema inmunitario.

No es un alimento para las abejas

Hay quien cree que las abejas no necesitan la miel para sobrevivir, pero es un falso mito. De hecho, una colmena necesita unos 13 kilos de miel para sobrevivir al invierno, ya que es su principal fuente de energía. El polen es almacenado en el panal y se convierte en el pan de las abejas.

La miel caduca

Existen diversas creencias populares sobre si la miel se estropea o no. Técnicamente la miel no caduca. Hay que tener en cuenta que la miel tiene fecha de consumo preferente y no de caducidad. Esto quiere decir que, pasado el tiempo recomendado, el producto puede llegar a perder alguna de sus propiedades, pero su ingesta no supondría un riesgo para la salud. Sin embargo, la miel puede perder su aroma, su sabor y su textura si no se almacena adecuadamente. Puede durar para siempre, pero no sabrá bien, y se irá oscureciendo con el paso del tiempo. Además, es habitual que la miel se cristalice dependiendo de la temperatura o del tiempo que lleve almacenada. Por lo tanto, la miel es mejor cuando se consume fresca, tal y como recomienda la OCU.