¿Resulta saludable la moda de beber agua cruda?

Hay modas que resultan sorprendentes y todo un avance a nivel de salud, y otras claramente incomprensibles. Es el caso de una nueva tendencia que surgió en Silicon Valley, la capital mundial de las empresas de tecnología, y que este año ha llegado a nuestro país. Se trata de una corriente que predica dejar de beber el agua del grifo o la embotellada y solo tomar agua cruda ya que dicen está más libre de tóxicos. Y hay empresas norteamericanas que viven de ello. 

Pero, ¿qué es eso del agua cruda? Con este par de conceptos nos referimos al agua que se extrae directamente de un manantial natural y se consume tal cual, sin que haya pasado por ningún tipo de tratamiento químico o por controles de calidad para que sea apta para el consumo humano. Es decir ni está tratada ni filtrada y se embotella como tal en botellas de vidrio para su posterior venta, incluso a precios desorbitados de 30 euros por una garrafa de menos de 10 litros. 

Algunos defensores de esta moda pueden argumentar que el agua mineral que compramos en un supermercado es natural y no pasa por procesos químicos. Eso es cierto. Sin embargo, como apuntan desde la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasadas (@aneabe), estas aguas puras están protegidas naturalmente de cualquier tipo de contaminación y, aún y todo, para poder ser comercializada necesita pasar unos estrictos análisis para verificar sus saludables propiedades. 

Algo que no pasa con el agua cruda que está abierta a todo tipo de agentes infecciosos o contaminantes que acaban en nuestro estómago. Por no hablar de la cantidad de graves patologías que asociadas a su insalubridad. Además, este tipo de agua no resulta un producto milagroso para la salud como esgrimen algunos seguidores de esta tendencia que incluso han creado páginas en internet donde comparten la ubicación de manantiales y pozas para que la gente pueda ir a beber o rellenar sus botellas. 

Nuestro cuerpo necesita beber agua

La recomendación general, y que obedece a cuestiones de salud, es beber cada día unos 2 litros de agua (cantidad arriba o abajo según nuestra morfología, peso o la actividad que desarrollemos). Sea como fuere, lo cierto es que tomar agua es clave para mantenernos hidratados para que el organismo funcione de forma correcta. Así, el agua: 

• Nos ayuda a regular y mantener una temperatura corporal normal.
• Favorece el buen funcionamiento de las células, así como el transporte de nutrientes hasta estas. 
• Elimina los desechos de nuestro cuerpo.
• Protege nuestras articulaciones y tejidos.