El motivo por el que no deberías tomar cerveza en una jarra o copa helada

Uno de los mayores placeres del verano es salir con los amigos o la familia a tomar algo a una terraza y pedirse la cerveza en una jarra helada. Además, teniendo en cuenta la ola de calor que azota a gran parte de la península, es normal que tratemos de buscar una bebida lo más fría posible para refrescarnos. 

Pues bien, debemos saber que lo más importante para disfrutar de todos los matices de la cerveza es precisamente la temperatura a la que se sirve, y esto depende de los siguientes factores: formato, variedad de cerveza y tamaño. No es lo mismo una lata que un botellín o una caña de barril.

A priori, una cerveza en copa helada parece ser clave para combatir las altas temperaturas, pero desde las voces expertas en esta bebida se afirma que, si quieres disfrutar de una buena cerveza debes olvidarte del recipiente helado.

Por qué no debes beber cerveza en una jarra helada

La cerveza es una bebida que entra realmente bien, y más si la acompañamos de un buen aperitivo. Además, existe una gran variedad de ellas en el mercado, por lo que es tarea fácil encontrar una que nos guste. Sin embargo, los expertos aconsejan no beberla nunca directamente de una jarra o copa helada. Cuando nos sirven una cerveza en una copa helada, lo más probable es que no le encontremos el mismo sabor que tanto nos gusta.

Asimismo, otra de las razones por las que nunca deberíamos tomar la cerveza de este modo es que, cuando la ponemos en un vaso helado, la espuma se ve alterada. Por ello, lo más probable es que al tomarla, notemos pequeños grumos que seguramente no sean de nuestro agrado.

Además, debemos tener en cuenta que, cualquier recipiente que se introduzca durante un tiempo en el congelador, va a coger un gusto raro. Esto se debe a que en el congelador solemos tener una gran variedad de alimentos que desprenden olores. Aunque no nos demos cuenta, estos olores pasan a los recipientes y alteran sus propiedades. Por lo tanto, si utilizamos un recipiente helado, notaremos que la cerveza coge un olor y un sabor raro.

En definitiva, por mucho que nos guste beber una cerveza bien fresquita, debemos evitar tomarla de una jarra helada si no queremos que pierda su sabor y su textura. Por ello, se recomienda dejarla enfriar en el frigorífico o ponerla directamente al congelador unos minutos. Así podremos disfrutar de nuestra cerveza como tanto nos gusta, sin que esta pierda ninguna de sus propiedades.