Victoria Herrero
Alimentación
El orégano: un toque de salud para tus platos
Victoria Herrero
Foto: Bigstock
Domingo 10 de mayo de 2020
ACTUALIZADO : Domingo 10 de mayo de 2020 a las 11:58 H
3 minutos
Este condimento tan presente en la dieta mediterránea tiene propiedades digestivas y antioxidantes
El aderezo perfecto para coronar una pizza casera, un buen plato de pasta o una ensalada de tomate y queso feta. No son pocas las veces en las que echamos mano de un poco de orégano para darle un toque inconfundible a nuestros platos más mediterráneos. Y es que, ya no solo por su personal sabor y ese aroma reconocible, sino por salud; nunca está de más poner un poco de orégano en aquellas recetas donde mejor case esta especia. Estos son los motivos, más que saludables, para hacerlo.
Beneficios de incorporar orégano a nuestros platos
La primera razón para no privarnos de tomar este condimento es por su gran cantidad de nutrientes entre los que destacan las vitaminas A, C, E, B6 y K, además de fibra, hierro, calcio y potasio. A esta saludable lista debemos sumar su capacidad como antioxidante y su acción antimicrobiana.
En casos de mala digestión, el orégano se emplea para facilitar el correcto tránsito de nuestra salud estomacal, así como para aliviarnos cuando tenemos catarro. Y es que actúa como expectorante, antiséptico de las vías respiratorias y ayuda a desinflamar los bronquios.
Además, su uso tópico está recomendado en casos de acné o caspa. En este último caso puede resultar útil prepararte el siguiente remedio natural: hierve en agua un poco de tomillo seco, romero, lavanda, salvia y orégano. El resultado es una infusión que puedes aplicarte, sin que queme claro, sobre el cabello a la hora de aclararte el pelo en la ducha. Lograrás un efecto similar que si te aplicas unas gotas de aceite de orégano y te masajeas el cuero cabelludo.
¿Quieres cultivar tu propio orégano?
Puedes beneficiarte siempre que quieras de estas propiedades si cultivas tu propia planta de orégano en un pequeño huerto en tu propia terraza o incluso en una maceta en tu cocina:
- Prepara el sustrato y el semillero para finales del invierno y planta las semillas enterradas a 1 centímetro de profundidad. Lo bueno es que el orégano soporta muy bien el frío y las heladas.
- Cuando observes que empiezan a germinar es el momento de trasplantarlas y pasarlas a una maceta que tenga buen drenaje y en un lugar donde reciba los rayos del sol. No la riegues demasiado ya que podrían aparecer hongos, pero evita que pierda humedad. Lo recomendable es que en ese recipiente hayas mezclado antes a partes iguales arena, compost y tierra de jardín.
- Cuando sea el momento de recolectarla, ata esos manojos boca abajo y colócalos en un lugar ventilado donde haya sombra. Es el siguiente paso para que se seque y esté listo para desmenuzar los tallos y se guarde el orégano en tarros herméticos de cristal en un lugar fresco y seco.