Mariola Báez
Alimentación
Los peligros de excederte en el consumo de bebidas azucaradas y con gas
Mariola Báez
Foto: Bigstock
Martes 16 de julio de 2019
ACTUALIZADO : Miércoles 23 de noviembre de 2022 a las 11:31 H
4 minutos
Los refrescos resultan irresistibles en verano, pero controlar su ingesta, es una cuestión de salud
Como ocurre con la mayoría de productos, los refrescos en general no son ni malos ni buenos en sí mismos, pero tienen unas características propias que desaconsejan su consumo excesivo por norma. Como indica la Asociación de Bebidas Refrescantes Anfabra (@unrefresco), en la composición de estas bebidas, el ingrediente principal es el agua a la que se añaden distintos ingredientes, entre ellos el dióxido de carbono (CO2), imprescindible para conseguir las clásicas burbujas.
En los refrescos, ese gas carbónico sirve para intensificar aromas y sabores, proporcionar un toque ácido y dar la efervescencia al producto. Estas bebidas pueden llevar, además, otros ingredientes: desde extractos o néctares de frutas, hasta sustancias como la cafeína, los edulcorantes o los aromatizantes.
Cómo afectan los refrescos con gas a la salud
Como acabamos de ver, su ingrediente principal es el agua, por lo que estas bebidas refrescantes, en principio, son aliadas de tu salud, especialmente en verano, pues su agradable sabor anima a tomarlas contribuyendo a una buena hidratación. Sin embargo, la presencia de gas y, en ocasiones, un exceso de azúcares aconseja siempre un consumo moderado o incluso la necesidad de prescindir de ellas por la existencia de determinadas patologías.
Las bebidas con gas contribuyen a generar la sensación de tener el estómago “hinchado”, que puede derivar en molestias de distinto tipo, como dolor abdominal, aerofagia, flato o falta de apetito, ya que el gas provoca una falsa impresión de estar “lleno”.
Especialmente en el caso de las personas que son propensas a padecer acidez de estómago o enfermedades que impliquen la irritación de la mucosa estomacal o esofágica, las bebidas refrescantes con gas no aportan beneficio alguno. La Fundación Española del Aparato Digestivo (@saludigestivo) desaconseja su ingesta, sobre todo, en el caso de sufrir Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE) o Esófago de Barret.
Además, distintos estudios apuntan a que la presencia de gas carbónico podría influir en la disminución de la absorción del calcio, esencial para el buen estado de la masa ósea. Por lo que la ingesta de bebidas carbonatadas en exceso no sería la mejor manera de hidratarse para aquellas personas mayores que presentan síntomas de osteoporosis.
Por último, si hablamos de este tipo de bebidas y si existen síntomas de prediabetes o directamente de enfermedad diabética, es desaconsejable tomarlas como norma general por el riesgo de hiperglucemia. Solo en caso de necesitar un rápido aporte de glucosa en sangre podrían convertirse en un buen remedio, como medida temporal de urgencia.