Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorPerder volumen de en una zona del cuerpo es el sueño de muchas personas, unos brazos más definidos, unas piernas estilizadas, hacer desaparecer las cartucheras o mantener la cintura a raya. En función de la constitución que tengamos, nuestro sueño será uno u otro.
Pero la realidad es que cuando nos sometemos a una dieta de adelgazamiento acabamos perdiendo volumen en general y no de manera localizada, como nos gustaría. Te explicamos porqué.
Lo primero es saber porqué se acumula más grasa en unas zonas del cuerpo que en otras. Son muchos los factores que contribuyen a ello: los genes, la edad, el sexo, las hormonas, la alimentación, el ejercicio, la ansiedad, el estrés y, en definitiva, el estilo de vida, hacen que nuestro cuerpo se comporte de una manera o de otra. Un ejemplo, la ansiedad y el estrés hacen que se libere cortisol, una hormona que cuando aumenta en sangre favorece la acumulación de grasa, especialmente en el abdomen.
Cabe destacar que, las mujeres tienen una proporción mayor de grasa en el cuerpo que los hombres debido a que tienen mayores niveles de estrógenos, una hormona que reduce la capacidad de quemar grasa, con lo que esta acaba almacenándose en el cuerpo. Además, la manera en que se acumula la grasa en el cuerpo es diferente según el sexo: las mujeres tienden a acumular la grasa en piernas, caderas y glúteos, mientras que los hombres lo hacen en la zona abdominal. Este patrón variará en las mujeres al entrar en la menopausia, ya que los niveles de estrógenos disminuyen, lo que hace que la grasa se distribuya y se localice en la cintura. Por otro lado, cuando en los hombres baja el nivel de testosterona, la grasa se distribuye hacia las caderas.
Visto esto podemos entender que son muchos los factores que intervienen en la distribución de la grasa en el cuerpo.
Cuando se inicia un plan para perder peso, la grasa se pierde de manera progresiva y generalizada, siendo únicamente, un pérdida localizada cuando finaliza la pérdida de peso y solo quedan zonas con exceso de grasa.
A la hora de reducir la grasa corporal lo mejor es seguir una dieta equilibrada, baja en grasa, rica en proteínas e hidratos de carbono de absorción lenta y, por supuesto, practicar ejercicio de manera regular. Si bien no habrá una perdida de grasa localizada, si se reducirá de manera general. Por otro lado, al evitar el aumento de peso o incluso perderlo mediante la dieta, libre de alcohol, hidratos de carbono refinados y azúcares; y llevar una pauta diaria de ejercicios que, además, incluya un entrenamiento especifico de la zona con más acúmulo de grasa, se puede aumentar la masa muscular, consiguiendo definir la forma corporal.
Hay otras opciones que pueden acompañar a una dieta equilibrada encaminadas a reducir la grasa localizada. Tratamiento estéticos que consisten en aplicar cremas específicas y ultrasonidos; y tratamiento quirúrgicos, como puede ser una liposucción. No obstante, estos tratamientos no son en sí una panacea, habrá que enfocarse también en mantener el peso para que el tratamiento no sea en vano.
Si dejamos a un lado la estética y nos centramos en la clínica, el acúmulo de grasa más preocupante es la del abdomen y el tronco, la grasa visceral, que es la que puede hacer aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, síndrome metabólico, o hígado graso, entre otras. Para estos casos en que la persona se mantiene en su peso, pero tiene un acúmulo de grasa abdominal, existen unos patrones dietéticos específicos para reducirla, pero solo la grasa abdominal, entendiendo que se considera un exceso de grasa abdominal cuando el perímetro de la cintura es superior a los 88 centímetros en la mujeres y a 102 centímetros en los hombres.