La diabetes es cada vez más común en todo el planeta y, en concreto, la diabetes tipo 2 es la forma más común de esta enfermedad, que se desarrolla cuando el cuerpo no produce suficiente insulina o las células no hacen uso de la insulina. Entonces, la glucosa se acumula en la sangre en vez de ingresar a las células, y éstas pueden quedarse sin energía y con el tiempo, causar otras afecciones como daño en los ojos, riñones, nervios y corazón.
Hasta el 14% de la población española sufre diabetes, según la Fundación Diabetes, lo que supone más de 5 millones de personas. Por el momento, el tratamiento de la diabetes se basa en controlar los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, colesterol) y los niveles de glucemia o azúcar sanguíneo mediante fármacos. No podemos hacer nada respecto a nuestra edad y predisposición genética para desarrollar diabetes tipo 2, y esta forma de tratar la enfermedad no es curativa, y tampoco aborda el origen de la patología.
Sin embargo, hay una serie de factores que influyen como el sobrepeso, el estilo de vida sedentario, los hábitos alimenticios o fumar, que sí podemos cambiar y nos permitirán retrasar su inicio hasta edades ya muy avanzadas. En este sentido, cobra especial relevancia la dieta.
La mejor dieta
A lo largo de los años se han elaborado diversos estudiso que sugerían cuál podía ser la mejor dieta para personas con diagnósticos de diabetes, como dietas bajas en calorías o bajas en carbohidratos.
Ahora se ha publicado una revisión de más de 90 artículos donde se analizaron diversos tipos de dieta, según informa El Español. En la mayoría de los casos, una vez más, los investigadores se centraban en el uso de batidos sustitutivos; pero otros enfoques como las dietas bajas en carbohidratos también funcionaban bien. Así, las dietas que usan batidos sustitutivos lograrían la remisión de la diabetes tipo 2 en una de cada tres personas. Por su parte, las bajas en carbohidratos lograrían la remisión en una de cada cinco personas.
En ambos casos, los participantes de los estudios lograban perder peso y mantener la remisión de la enfermedad los siguientes dos años. Siempre y cuando mantuviesen dicha pérdida de peso.
Por otro lado, otros enfoques como las dietas bajas en calorías y la dieta mediterránea también serían útiles para lograr la remisión de la diabetes tipo 2, pero en menos casos: solo un 5% de las personas que llevaban a cabo una dieta baja en calorías habitual lograría la remisión durante el siguiente año, mientas que solo el 15% de las personas lograría la remisión en el caso de la dieta Mediterránea.
Remisión y mitigación de la enfermedad
Como bien indican los autores de la gran revisión de dietas, Duane Mellor, director de Medicina y Nutrición Basadas en la Evidencia en la Facultad de Medicina de la Universiad de Aston, y Adrian Brown, investigador y profesor en la UCL, en su artículo conjunto en The Conversation, uno de los problemas actuales es diferenciar entre los conceptos "remisión" y "mitigación" de la diabetes tipo 2.
Los expertos definieron la remisión como la reducción de los niveles de azúcar en sangre, durante al menos seis meses, sin usar fármacos. Sin embargo, y dada la preocupación por volver a los niveles de azúcar elevados cuando se vuelvan a consumir carbohidratos, los investigadores han sugerido usar el término "mitigación" de la diabetes.
En este caso, mitigación implicaría que la diabetes tipo 2 como enfermedad sigue presente, pero sus efectos negativos se están manejando bien mediante la dieta. Para los expertos, la remisión solo podría lograrse si se pierde grasaalrededor de los órganos, algo que a su vez mejora la tolerancia a la insulina y que esta hormona trabaje de forma eficaz.
Si se lograse mantener una dieta baja en carbohidratos a largo plazo, no solo se reducirían los niveles de azúcar en sangre y las complicaciones asociadas a la diabetes tipo 2, sino que se lograría también una remisión real.
Los autores también explicaban que para lograr una remisión de la enfermedad, se deberían perder entre 10 y 15 kg de peso de media. Esto produciría una pérdida de grasa en el páncreas y el hígado, mejorando la función de la insulina.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.