Toni Esteve
Alimentación
Por qué el jamón ibérico no es un embutido y otras confusiones con los derivados cárnicos
El jamón serrano es un derivado cárnico que no se introduce en tripas
Según el Código Alimentario Español, el nombre genérico de embutidos designa aquellos derivados preparados a partir de carnes (picadas o sin picar), sometidas o no a procesos de curación, adicionadas o no de despojos comestibles y grasas de cerdo, productos vegetales, condimentos y especias e introducidos en tripas naturales o artificiales.
Por tripas naturales, la normativa entiende diversas regiones del aparato digestivo y vejigas de bóvidos, óvidos, suidos (como el jabalí) y équidos y piel de aves. Por el contrario, las artificiales se realizan (en industrias registradas oficialmente) con distintos proceses técnicos, de tejidos animales sanos, sacrificados bajo control sanitario o de diversos materiales celulósicos autorizados. Por todo ello es un error denominar embutido a derivados cárnicos como el jamón serrano o ibérico, puesto que para su elaboración no se introduce en tripas: se obtiene del secado de las patas del cerdo mediante salazón. Así, los jamones y las paletillas (ambos productos proceden de las patas de los cerdos, aunque sin embargo por su tamaño y localización dentro del animal, no son lo mismo) son derivados cárnicos sometidos a operaciones de salazón, secado y ahumado.
En cuanto a las carnes que se pueden utilizar para preparar embutidos la legislación habla de la parte comestible de los músculos de los bóvidos, óvidos, suidos, équidos y camélidos (camellos, dromedarios, llamas) sanos, sacrificados en condiciones higiénicas. Por extensión, se aplica también a la de los animales de corral, caza de pelo y pluma y mamíferos marinos. Además, la carne “será limpia, sana, debidamente preparada e incluirá los músculos del esqueleto y los de la lengua, diafragma y esófago, con o sin grasa, porciones de hueso, piel, tendones, aponeurosis, nervios y vasos sanguíneos que normalmente acompañan al tejido muscular y que no se separan de éste en el proceso de preparación de la carne”.
Además de con el nombre correspondiente a su composición y características, los embutidos se pueden designar “con el apelativo de la región o zona de procedencia”.
Tipos de embutidos
Un ejemplo de embutidos de carne sería el chorizo, encarnado crudo elaborado con carne de cerdo o de cerdo y vacuno,metido en tripa natural o artificial de diámetro superior a 22 milímetros (el de diámetro inferior se denomina longaniza). También lo serían las salchichas, la butifarra o la sobrasada.
Igualmente son embutidos, pero en este caso de vísceras, aquellos que, además de los componentes de los embutidos de carne, contienen trozos de vísceras cocidas o encalladas antes de ser embutidos (longanizas gallegas o salchichas de hígado, por ejemplo).
Por último, encontramos los embutidos de sangre, cuyas características son la consistencia blanda o semiblanda, crudos o cocidos, en los que su principal constituyente es la sangre, a la que se ha añadido carne, vísceras, manteca, tocino y productos vegetales varios, introducidos en tripa ancha. Las morcillas son aquí el ejemplo más claro y conocido por los consumidores.
Con todo, y aunque sigamos refiriéndonos al jamón ibérico como “embutido”, está claro que el jamón continuará siendo un producto imprescindible de nuestra gastronomía y uno de los más apreciados.