65ymás
Alimentación
Por qué no te debes comer la cabeza de las gambas estas navidades bajo ningún concepto
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Domingo 12 de diciembre de 2021
ACTUALIZADO : Domingo 12 de diciembre de 2021 a las 18:52 H
4 minutos
Puede ser peligroso
En pocos días llega la Navidad y seguro que no faltarán las gambas y langostinos en la mayoría de mesas de España. Pero, cuidado, hay que desterrar la práctica extendida de chupar la cabeza de las gambas.
Y es que esta costumbre está desaconsejada por los expertos, en concreto por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), dependiente del Ministario de Sanidad, que acaba de emitir esta recomendación de cara a las comidas y cenas de estas fiestas.. que esconde chupar la cabeza de una gamba parece que no es nada recomendable.
Aecosan dice textualmente: "Se recomienda limitar, en la medida de lo posible, el consumo de la carne oscura de los crustáceos, localizada en la cabeza, con el objetivo de reducir la exposición de cadmio".
Desde Sanidad explican que este metal no tiene ninguna función biológica en humanos ni en animales pero, aunque su absorción en el aparato digestivo es baja, tiende a acumularse en el organismo, principalmente en el hígado y riñón, durante un tiempo estimado de 10-30 años. "El cadmio es tóxico para el riñón, acumulándose principalmente en los túbulos proximales, pudiendo causar disfunción renal. También puede causar desmineralización de los huesos, bien de forma directa o indirectamente como resultado de la disfunción renal. Después de una prolongada y/o alta exposición, el daño tubular evoluciona de manera que se produce una disminución de la tasa de filtrado glomerular y puede llegar a provocar un fallo renal y, a largo plazo, cáncer".
Las gambas esconden sulfitos y cadmio en su interior porque "les echan sulfitos desde el momento que se capturan para evitar la melanosis, y también para conservarlas", señalan desde el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del CSIC.
Los expertos recomienden no chupar las cabezas, porque este tipo de aditivos se acumulan en ellas y en el caparazón. Algo pasa a la carne, pero la mayor concentración se encuentra en el exterior de las gambas.
Si no conoces los efectos del cadmio, debes saber que "es un metal indeseado presente en las gambas y langostinos, que una vez ingerido se acumula en los riñones, donde puede generar daño renal", apunta la presidenta de la Asociación de Dietistas Diplomados de Canarias (ADDECAN), Natalia Hernández Rivas.
Otro factor por el que quizás reduzcas tu consumo si eres un apasionado de las gambas es su alto contenido en colesterol. Sin embargo, si las tomas junto con fibra o si las compras frescas puedes conseguir que sean más saludables.
¿Qué cantidades de marisco son las aconsejables?
Al igual que el pescado, el marisco se sitúa en la Pirámide Naos como un alimento que puede consumirse no a diario pero sí varias veces en semana (alternado su ingesta con la de pescados blancos y azules).
Es importante tener en cuenta que cada tipo de mariscos presenta características propias a nivel nutricional que deben ser consideradas antes determinadas afecciones como puede ser tener un alto índice de colesterol en sangre o una excesiva presencia de ácido úrico que podría derivar en gota.
- Como ejemplo, el mejillón es uno de los mariscos más rico en hierro y en selenio pero su aporte en colesterol es también destacable. Lo mismo ocurre con las gambas y langostinos que se sitúan entre los crustáceos menos aconsejables si tienes el colesterol alto.
- Las sabrosas almejas son una excelente fuente de hierro y su contenido en potasio y calcio no resulta nada despreciable.
- Los cangrejos de mar (nécoras, centollo, buey de mar…) son ricos en grasas poliinsaturadas y en vitaminas del grupo B. Potasio, hierro y magnesio figuran también entre sus nutrientes más beneficiosos.