Carolina Madroñal Machero
Alimentación
La razón por la que no hay huevos blancos en los supermercados
Expertos lo explican

Los huevos son uno de los alimentos más comunes en nuestra dieta, conocidos por ser una gran fuente de proteína y por ofrecer una gran flexibilidad para realizar recetas. Sin embargo, la manera en la que los consumimos ha cambiado. En el pasado, se veía muy a menudo su variedad blanca en el supermercado, pero ahora casi han desaparecido.
Los huevos blancos provenían mayoritariamente de gallinas ponedoras criadas en jaulas, una raza de gallinas más pequeñas y livianas, como la Leghorn, que solían criarse en jaulas debido a su eficacia en la producción. Los expertos agrícolas de Pazos de Vilane explican en su blog que el color está asociado al plumaje de la gallina. Estas razas con plumas blancas ponían huevos blancos, mientras que las gallinas con plumajes más oscuros producían una variedad de tonalidades marrones. Hoy en día, la crianza en jaulas está siendo fuertemente criticada debido a la mayor conciencia sobre el bienestar animal, y ha aumentado la preferencia por razas como la Rhode Island Red o la Sussex, que ponen el tipo marrón.
Con el aumento de la concienciación sobre la cría de los animales, muchas cadenas de supermercados han decidido dejar de vender huevos provenientes de sistemas de jaulas, adaptándose a los gustos de los consumidores, quienes prefieren camperos, ecológicos o de gallinas criadas en el suelo.
Pero esta no es la única razón detrás del cambio en la preferencia por los huevos marrones. En muchos países europeos, se considera que la variedad marrón son de mayor calidad o más naturales, asociándose el tipo blancos con métodos de producción más intensivos.
Ahora bien, en realidad, no hay diferencias significativas en términos de sabor o valor nutricional, pero esta preferencia ha influido positivamente en la oferta, favoreciendo la crianza responsable. El experto señala que en los años setenta y ochenta, los consumidores urbanos solían conseguir huevos marrones cuando iban de vacaciones a zonas rurales, lo que generó la percepción de que este tipo eran más caseros y producidos menos artificialmente, asentándose así el mito de que los huevos blancos eran menos naturales.

Un sistema en cambio
Hoy en día, los consumidores tienen distintas opciones para elegir, según sus preferencias. El sistema es muy sencillo, regulado por códigos numéricos que aparecen en las cáscaras de los huevos:
- La primera categoría es la "0", correspondiente a los ecológicos. Estas gallinas son criadas en libertad y alimentadas con pienso ecológico.
- La segunda categoría está marcada por el número "1", que corresponde a los camperos, provenientes de gallinas con acceso al aire libre.
- La tercera categoría está marcada por el número "2", y se refiere a los que provienen de gallinas criadas en el suelo, es decir, en gallineros sin acceso al exterior.
- Por último, está la categoría "3", que corresponde a las gallinas criadas en jaulas. Debido a la tendencia actual, se espera que este método se vaya eliminando progresivamente.
En definitiva, todo apunta a que cada vez veremos menos huevos blancos, ya que los consumidores ahora mismo optan por las tonalidades marrones, y no parece que la tendencia vaya a cambiar. De hecho, dado la introducción de regulaciones del bienestar animal, muchos apuestan que esta variedad desaparecerá casi por completo.