Mariola Báez
Alimentación
¿Es un batido? ¿Un zumo? ¿Una crema vegetal en vaso? No, es un smoothie y está buenísimo
De todos los sabores imaginables y tan sabrosos como nutritivos, ¿te atreves a prepararlos?
Especialmente en verano, los puedes encontrar en cualquier terraza o cafetería, como una opción más a la hora de tomar algo. Smoothie viene de la palabra inglesa smooth, que significa suave, mullido o cremoso. Y en eso radica la diferencia de esta bebida con otras, en su particular textura, difícil de definir pero fácil de reconocer por ser muy ligera, aunque con la densidad justa para que no se asemeje a un zumo convencional.
Como ingredientes, puedes elegir los que prefieras, con una sola condición: que sean absolutamente naturales. Y como elemento básico de elaboración, una batidora de potencia suficiente, preferiblemente de vaso, es todo lo que necesitas.
Se puede considerar una bebida refrescante y saludable (siempre que su contenido en azúcar añadido no sea excesivo). Resulta de fácil digestión y es perfecta para hidratar el organismo, aportándole todas las vitaminas, minerales y fibra que contengan sus ingredientes principales.
¿Cómo puedes hacer un delicioso smoothie?
Se hacen en cuestión de minutos y se adaptan perfectamente a todo tipo de paladares.
Para preparar un smoothie debes elegir, en primer lugar, una base líquida, que será a la que incorpores aquello que más te apetezca para dar color y sabor a esa bebida que siempre gusta y sorprende. Puedes escoger leche de vaca, indispensable en una dieta equilibrada en niños y adultos, como recuerda la Sociedad Española de Nutrición (@sennutricion), pero también puedes optar por alguna de origen vegetal, por ejemplo, de soja o de almendras. Si prefieres un smoothie más ligero, haz que la base sea agua, hielo o algún elemento sorprendente como el agua de coco, una infusión o incluso una taza generosa de café.
Determinada la base, toca elegir los ingredientes y aquí entra en juego el arte de combinar sabores. Puedes hacer smoothies deliciosos con frutos del bosque variados (fresas, moras, arándanos…), para beber una gran cantidad de antioxidantes con cada sorbo. Tambien es posible optar por uno muy ligero y con un toque ácido mezclando piña y lima, u otro depurativo de pepino y manzana o sandía y menta, además de uno dulce a base de peras con un toque de cacao, las opciones son incontables.
Es importante saber que para conseguir la cremosidad característica, lo idea es licuar primero las frutas y luego batirlas con el resto de ingredientes que aportan textura, como pueden ser un yogur, unas semillas de chía o una cucharada de kéfir.
El toque final también va a depender de tus gustos. Más o menos hielo, alguna especia como la canela para dar un saludable toque dulce, unas hojas de menta para que tu smoothie resulte aún más refrescante… Todo bien batido para que no falte la indispensable “espumita”, solo falta tomarlo y disfrutarlo bien frío.