Teresa Rey
Alimentación
¿Pueden hacer los mayores con enfermedad inflamatoria intestinal la dieta FODMAP?
Es un régimen alimentario destinado a estos trastornos y se ha de hacer bajo el control de expertos
La dieta FODMAP es una abreviatura de dieta Fermentable Oligosacáridos Disacáridos Monosacáridos y Polioles. Es decir es un régimen alimentario que consiste en eliminar estos componentes o los carbohidratos fermentados de la alimentación por alguna circunstancia en especial. Hay varias investigaciones que ha demostrado su utilidad en pacientes con colon irritable, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn y otros trastornos intestinales. Un estudio reciente ha vuelto a verificar que mejora ciertos síntomas intestinales y proporciona una calidad de vida mayor a las personas que padecen enfermedad inflamatoria intestinal.
Dieta bajo control
Esta dieta persigue unos objetivos muy específicos y en el caso de las personas mayores que tengan alguno de estos trastornos es necesario consultar previamente con un experto antes de adoptarla. Hay que tener en cuenta que este tipo de alimentación implica evitar trigo, centeno y cebada, que contienen fructo-oligosacáridos (FOS). Estos compuestos llegan al intestino sin digerir y los fermentan las bacterias, dando lugar a los síntomas propios del síndrome de intestino irritable. A veces se recomienda la ingesta de enzimas digestivas y el uso de probióticos. Para que este método sea eficaz se recomienda que se realice bajo la supervisión de un experto.
En la última investigación, publicada en la revista Gastroenterology, científicos de King's College de Londres, han demostrado que pacientes sometidos a la dieta FODMAP con enfermedad inflamatoria intestinal, tuvieron mejoría en algunos de sus síntomas como hinchazón de estómago o flatulencia en comparación con los que tomaron una dieta placebo.
Mejoría de síntomas
Se analizó a un total de 52 pacientes con esta patología que presentaban síntomas persistentes pero sin tener enfermedad inflamatoria intestinal de forma continua. Se hicieron dos grupos, uno de ellos siguió un dieta baja en FODMAP, a los que se les restringió solo la ingesta de trigo, lácteos, cebolla y ajo; y el otro, adoptó una dieta FODMAP normal y controlada.
Los resultados demostraron que los que siguieron una dieta baja en FODMAP, manifestaron una reducción de los síntomas intestinales comunes y una mejora en general en cuanto a la calidad de vida. Además, hallaron que esta forma de alimentarse reduce la presencia de ciertas bacterias como bifidobacterias, que resultan beneficiosas para la salud y pueden reducir la inflamación. El siguiente paso de los investigadores es ver los efectos de esta alimentación a largo plazo y analizar qué supone reintroducir los alimentos en los síntomas y bacterias intestinales.