Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorAceites de oliva, de girasol, de maíz, de semillas, margarinas vegetales, mantequilla… A la hora de cocinar, disponemos de muchos tipos de aceite y de grasas vegetales que podemos usar. Cada uno de ellos es el adecuado para ciertas elaboraciones. Te damos algunas pistas para saber cuál es el adecuado.
Vamos a comenzar por el aceite de oliva. Sin duda, un básico en nuestra cocina. Y de entre las opciones del aceite oliva, sin duda nos quedamos con el aceite de oliva virgen extra, que nos puede servir para cocinar prácticamente cualquier plato, aliñar una buena ensalada o tomar en crudo en una tostada para desayunar. A la hora de comprarlo, fíjate que sea aceite de oliva virgen extra, que tiene más propiedades nutricionales que el refinado, suele ser más denso y de un color más oscuro.
El aceite de girasol es otro de los aceites más consumidos. No solemos emplearlo para casi todo como hacemos con el de oliva, pero hay cocinados y elaboraciones en los que es una mejor opción. Por ejemplo, el aceite de girasol es una buena alternativa para fritos y rebozados. No tiene apenas sabor y es menos viscoso que el aceite de oliva, por eso los rebozados y empanados nos quedan menos aceitosos.
Para hacer una tempura o para elaborar algunos platos orientales, donde el aceite de oliva le daría un sabor muy fuerte, podemos emplear el aceite de girasol. También para la elaboración de una mayonesa casera. Y, en la elaboración de ciertos bollos, biscochos o magdalenas caseras, el aceite de oliva puede resultar muy fuerte, por lo que es mejor emplear aceite de girasol alto oleico. Aunque, como todo, depende de nuestro gusto personal.
Se trata de un aceite que está muy de moda y es muy saludable, está considerado un súper alimento. Es sólido a temperatura ambiente. Es muy utilizado para aliñar ensaladas, como sustitutivo de la mantequilla en la elaboración de bizcochos, dulces y postres, para hacer salteados, incluso para añadir al café o al té.
El aceite de maíz se usa mucho en la cocina por su precio asequible y por tener una baja proporción de grasa saturadas, aunque en su composición dominan las poliinsaturadas. Se utiliza con asiduidad para freír cuando por su sabor poco pronunciado es ideal para salsas o mayonesas.
Es el aceite estrella de la cocina asiática. Este es el que confiere un gusto y un aroma tan particular a cualquier elaboración, por lo intenso que resulta. Se usa mucho en crudo para condimentar platos de origen oriental y dar el último toque a salteados y arroces.
Se extrae de la semilla del lino y está formado mayoritariamente por ácidos grasos insaturados. Dada su riqueza en ácidos esenciales, se puede usar en dietas veganas como complemento, ya sea ingiriendo una cucharada o bien de acompañamiento en ensaladas. No es apto para freír.