Qué vitaminas son recomendables para los mayores en otoño

Alimentarse bien durante todo el año es esencial para gozar de una buena salud general siempre y a lo largo de los doce meses que dura este. Las personas mayores no deben descuidar este factor y según la temporada en la que estemos debemos aprovechar los alimentos de temporada para así beneficiarnos de sus cualidades. Si mantienes una dieta equilibrada aportarás la cantidad de nutrientes necesarias para que tu organismo funcione bien sin necesidad de recurrir a suplementos dietéticos.

Durante el otoño se han dese seguir las mismas pautas que en otras épocas y no descuidar la ingesta de determinadas vitaminas. Recordamos a continuación cuáles son, según la Guía de orientación nutricional para personas mayores de la Comunidad de Madrid.

Vitamina A

Se considera esencial para el buen funcionamiento del sistema inmunitario, así como para mantener piel y mucosas sanas. Si tenemos carencias de esta vitamina notaremos alteraciones digestivas, musculares, nerviosas y cutáneas. Está en tomates, sandías, cerezas, acelgas, espinacas, apio verde o brécol, entre otros.

Vitamina D

Con la edad la capacidad de síntesis cutánea de este micronutriente disminuye, al igual que la de los riñones que también presentan una merma en su activación. En general hay pocas ingestas de vitamina D ya que se encuentra en pocos alimentos, por eso los mayores deben vigilar su consumo. Donde más está es en los pescados grasos, sobre todo, atún, caballa, sardinas o salmón, principalmente.

Vitamina C

En los mayores es probable encontrar también menores cantidades de esta vitamina. Según algunos estudios inciden factores relacionados con un mayor estrés oxidativo a consecuencia del tabaco, la ingesta de fármacos concretos, o el estrés emocional o ambiental que pueden provocar una disminución de la misma.

Se halla principalmente en frutas y hortalizas, en especial cítricos, tomates, fresas, pimientos y patatas.

Vitaminas del complejo B

En este grupo, por un lado tenemos la vitamina B6, que es un cofactor de enzimas relacionadas con el metabolismo proteico y también interviene en funciones cognitivas y del sistema inmunitario. De hecho, en ocasiones su deficiencia se asocia con un mayor riesgo de infecciones.  La encontramos en carnes, cereales, huevos y pescados variados.

Por otro lado, la absorción de la vitamina B12 se ve mermada con la edad. Entre el 10 y el 30% de los mayores sufren esta situación. Tras hacer una evaluación es posible que el médico recomiende una suplementación, pero siempre en el caso de que determine que hay carencias importantes de este micronutriente. Este se halla sobre todo en alimentos de origen animal como hígado, carnes, pescados, huevos y leche.