Alimentación

La carne de caballo: descubre sus propiedades y usos en la cocina

Victoria Herrero

Foto: Europa Press

Miércoles 13 de noviembre de 2019

6 minutos

Esta pieza no tiene casi calorías y cuenta con un alto porcentaje de hierro y vitaminas del grupo B

La carne de caballo: descubre sus propiedades, usos en la cocina y si es saludable para los mayores
Victoria Herrero

Foto: Europa Press

Miércoles 13 de noviembre de 2019

6 minutos

Quizá te haya sorprendido. Un día cualquiera al hacer la compra en la carnicería, encontrarte con una carne que te resulta desconocida y que es de un color rojo intenso tirando a muy oscuro.

Es la carne de caballo que podemos encontrar en algunos supermercados y ciertos espacios gourmet, ya que se trata de piezas poco corrientes a lo que habitualmente no estamos acostumbrados.

¿Qué esconde este alimento?

Un consumo, entre los pocos que la conocen, que se va incrementando de forma gradual gracias a las propiedades nutricionales de este tipo de carne. Y es que tiene menos calorías y grasa que, por ejemplo, la carne de ternera (además de tener un potente efecto saciante), y resulta adecuada por su alto contenido en hierro y zinc. De ahí que sea recomendable sobre todo para aquellas personas con problemas de anemia o que tienen el sistema inmune debilitado.

Por tanto, salvo que lo desaconseje el médico y haciendo un consumo moderado, es una carne que no presenta problemas para que sea consumida por personas mayores, siempre y cuando estos animales hayan sido criados y sacrificados según la normativa vigente y bajo los controles de sanidad pertinentes.

La carne de caballo: descubre sus propiedades, usos en la cocina y si es saludable para los mayores

Algo que corroboran desde la Universidad de Navarra (@unav), que añaden que entre sus beneficios también podemos encontrar un alto aporte de ácidos grasos Omega-3, vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B6 y B12), que favorecen el buen funcionamiento del sistema hormonal, además de que su ingesta puede ayudar con la cicatrización de las heridas.

Pero aún hay más, ya que este alimento destaca por tener menos lípidos que los trozos de vacuno o de cerdo, por ejemplo; además de contar con una cantidad similar de proteínas, como ocurre con la carne de vacuno.

Por si fuera poco, su consumo resulta adecuado para aquellas personas con problemas a la hora de masticar ya que es muy tierna. Y todo por un precio más económico que un filete de ternera. 

“Evidentemente, la carne de caballo es apta para el consumo y es habitual consumirla en multitud de países, aunque también es cierto que se cuentan por miles los consumidores que muestran recelo a comer caballo, porque lo que consideran un animal doméstico, equiparable para muchos a una mascota, como un perro o un gato”, explican desde la Organización de Consumidores y Usuarios (@consumidores) respecto al bajo consumo que todavía experimenta.

Sin embargo, se trata de una pieza que no es desconocida en nuestro recetario más tradicional, ya que se pueden preparar numerosas propuestas gastronómicas que van más allá del simple filete de carne de caballo a la plancha.

La carne de caballo: descubre sus propiedades, usos en la cocina y si es saludable para los mayores

Las recetas que podemos hacer

Hoy os daremos algunas ideas para preparar esta carne de caballo y sorprender con su sabor y sus beneficios nutricionales a tus comensales:

Guiso con patatas y verduras

El guiso de carne de toda la vida, pero en este caso usando esta pieza de potro. Así, para agasajar a unas 4 personas necesitaremos algo más de medio kilogramo de carne de caballo para guisar, una cebolla grande, un par de dientes de ajo, la misma cantidad de zanahorias, algo de tomate frito casero, pimentón rojo, patatas al gusto y aceite de oliva, sal, pimienta, harina y una ramita de laurel. 

Lo primero que haremos será quitar a esos trozos el exceso de grasa que pueda tener (puedes pedirle al carnicero que lo haga él mismo). A continuación, salpimentamos esas piezas y las pasamos por un poco de harina antes de sellarlas en una sartén con un poco de aceite. Una vez estén doradas por todos lados, reservamos y aprovechamos esa misma sartén para hacer un sofrito con la cebolla, la zanahoria y los ajos. 

Cuando veas que está más o menos hecho, añade la hoja de laurel, el pimentón y un poco de tomate al gusto. Incluso puedes ponerle un poco de vino tinto si quieres. Tras reducir el alcohol poniendo la olla a máxima potencia, añadimos agua hasta que cubra todo y echamos una pastilla de caldo para darle un toque especial. 

Dejamos que se haga lentamente a fuego medio y comprobamos que el guiso está listo si pinchamos la carne y está tierna. Para presentar el plato, saca los trozos a una fuente, mientras el resto de verduras se pasan por la batidora como si de una salsa espesa se tratase. El toque final, añadir varias patatas en dados (mejor cocidas que fritas). 

Si preferimos usar el horno para dar vida a una receta similar, se puede emplear ese mismo concepto de guarnición a base de verduras. Con esta otra prpuesta adobaremos la carne un par de horas antes de meterla al horno, donde estará junto al resto de ingredientes cortados durante un par de horas a unos 200ºC.​

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Victoria Herrero

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