Teresa Rey
Alimentación
¿Qué pueden hacer los mayores para adelgazar mucho sin esfuerzo?
Cuando nos sobran unos kilos de más basta con cambiar unos pocos hábitos para obtener resultados
Si te sobran unos kilos de más y no sabes cómo quitártelos, puedes adoptar unos hábitos nuevos que introducidos poco a poco, te ofrecerán más beneficios de los que te imaginas. No se trata de eliminar alimentos, porque probablemente ya habrás probado con alguna dieta milagro, y no te habrá surtido efecto. Realmente es algo más sencillo, a veces solo tenemos que prestar un poco de atención a nuestra forma de nutrirnos, a cómo la hacemos, a cuándo y por qué. Es decir, las emociones o el estado anímico, que también son importantes en los mayores, constituyen un elemento vital en la alimentación y a veces no somos conscientes de ello, hasta que nos paramos a reflexionar y vemos que ahí estaba el quid de la cuestión, junto a probablemente otra serie de circunstancias.
Controlar las emociones
Según las Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), solo dos de cada diez personas que se proponen perder peso lo consiguen. No es un panorama halagüeño, pero si te encuentras entre este grupo de personas que has intentado perder peso y no lo ha logrado, debes plantearte qué es lo que ha podido fallar.
Las emociones tienen un vínculo con la comida fundamental. Muchas personas obesas recurren a esta como una fuente de gratificación para gestionarlas, como una especie de recompensa tras una jornada dura de trabajo, para aliviar las penas, la soledad o simplemente para calmar el estrés. Datos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN @sociedadSEEN), apuntan que tres de cada diez personas con obesidad padece estrés.
Si te has identificado con esta situación, tal vez sea recomendable que adoptes medidas que te ayuden a aliviar el estrés. Puede ser aconsejable que aprendas alguna técnica de relajación o apuntarte a alguna actividad que te guste y que te ayude a olvidarte de las preocupaciones diarias. También siempre queda la posibilidad de pedir ayuda a algún profesional.
Sin prohibir alimentos
Los expertos aseguran que aquellas dietas que prohíben alimentos o que por el contrario sugieren comer de forma desequilibrada uno o un grupo de los mismos no son saludables. Las dietas milagro lo único que propician es un aumento de la ansiedad y al final siempre generan un efecto rebote porque alteran el metabolismo. Por lo tanto, si queremos adelgazar no hemos de seguir estos planteamientos ni descartar alimentos, sino saber cuáles de ellos debemos comer de manera habitual y cuáles de forma esporádica.
Aumentar la ingesta de frutas, verduras y hortalizas a lo largo del día, es una de las pautas más saludables. ¿Qué es, por tanto, lo que se debe descartar al menos de forma diaria? Los bollos, los bizcochos, los pasteles, las tartas, los dulces, en general. Si somos golosos esto puede costarnos, pero no se trata de ser tajantes, se pueden tomar esporádicamente una vez cada dos semanas o en eventos excepcionales de forma ocasional. Este mismo principio debemos aplicarlo a los snacks salados, es decir, patatas fritas o similares.
Del mismo modo, hay que limitar el consumo de alimentos ultraprocesados, es decir, todas aquellas comidas preparadas, por ejemplo. Esto es así porque son las que suelen contener más cantidad grasas nocivas para la salud, azúcares, sal y otras sustancias poco recomendables.
Lo que no se debe suprimir son las proteínas de ningún tipo ni los hidratos de carbono. Para saber en qué proporción debemos consumir estos alimentos podemos recurrir a la pirámide nutricional.
Nada de picoteo
El picoteo debe desparecer de nuestros hábitos cotidianos. Según el doctor Nicolás Romero, experto en nutrición y alimentación, una de cuatro personas con peso normal ya suele picotear, pero las que son obesas lo hacen el doble, es decir, una de cada dos. “Una persona con obesidad puede comer entre horas unas veinte veces al día, optando casi siempre por productos densamente energéticos”.
La alternativa en estos casos es distribuir las ingestas en más comidas a lo largo del día. En lugar de hacer las tres habituales, podemos hacer cinco, en las que incluiremos una a media mañana y otra a media tarde. Ahora, bien se trata de incorporar alimentos que sean saludables y en definitiva poner orden a nuestros horarios. De este modo, iremos acostumbrando al cuerpo a que reciba la energía de una manera pautada y así el metabolismo comenzará a funcionar mejor.
Moverse más
Está demostrado en gran cantidad de estudios que el hecho de moverse ayuda a mantener el peso corporal. El sedentarismo es perjudicial no solo si queremos adelgazar, sino para la salud en general. Según la SEEN más de la mitad de la población pasa sentada al menos tres horas al día fuera de las horas de trabajo o estudio, donde a su vez ya se está en esta posición durante un largo periodo de tiempo.
En el caso de no tener una rutina de ejercicios esta parte puede resultar menos sencilla. Por eso, lo ideal es empezar de forma paulatina. En general, hay que moverse más, y si vemos que el gimnasio no es lo nuestro, sería conveniente que veamos qué otras alternativas hay. Podemos apuntarnos a alguna actividad física grupal que nos guste, como los bailes de salón, el yoga o el taichí, o simplemente salir a dar un paseo algunos días o desplazarnos andando hasta lugares que normalmente lo hacemos en coche o transporte público.