65ymás
Alimentación
Cómo saber si el pollo que tienes en la nevera está en mal estado
El 37% de la carne fresca consumida es de pollo. De media, cada español consume 12,5 kilos al año
Según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en su Informe de Consumo Alimentario, una de las carnes más consumidas en nuestro país es el pollo. En concreto, el 37% de toda la carne fresca consumida en los hogares españoles. Esto significa que, de media, cada uno de los españoles consumimos el pasado año 12,5 kilos de esta carne rica en proteínas pero pobre en grasas, lo que la hace estar muy presente en todo tipo de dietas de adelgazamiento.
Sin embargo, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) advierte: "El pollo crudo a menudo está contaminado con bacterias campylobacter y a veces con bacterias salmonella y clostridium perfringens. Si consume pollo poco cocinado u otros alimentos o bebidas contaminados con pollo crudo o sus juegos, puede contraer una enfermedad transmitida por los alimentos”.
Por este motivo, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos elaboró una guía alimentaria para que los consumidores puedan diferenciar cuándo la carne cruda no está en buen estado. En primer lugar, evidentemente, es comprobar en el envasado del producto que no ha sobrepasado la fecha de caducidad. En segundo lugar, se recomienda consumir la carne en un plazo no superior a dos días y de no ser así congelarla.
Por su parte, la Fundación Española para el Corazón recuerda que "debemos fijarnos en que no conserve restos de plumas ni tenga manchas oscuras. El color del pollo ha de ser uniforme, entre amarillo y blanco, y no debe despedir olor desagradable. Además, sus ojos son brillantes, la carne es firme y los muslos musculosos". Por contra, un pollo en mal estado olerá agrio, su piel oscilará entre el grisáceo y el verdoso y la textura de su carne será un tanto pegajosa.
Finalmente, una última recomendación del CDC es no lavar el pollo antes de cocinarlo porque "durante el lavado los jugos de pollo se pueden propagar en la cocina y contaminar otros alimentos, utensilios y encimeras". Asimismo, el organismo norteamericano también recomienda lavarse las manos en agua tibia antes de manipular el pollo y cocinarlo a una temperatura nunca inferior a 74 grados.