Teresa Rey
Alimentación
Pros y contras de no cocinar en casa y comprar comida preparada
Los españoles consumimos una media de seis veces al mes este tipo de platos, cada vez más en auge
El auge de la comida ya preparada que ofrecen los supermercados es una realidad que crece año tras año. Según el informe Recalculando ruta 2020 de la empresa de consultoría Nielsen (@Nielsen_Spain), los españoles comen en casa seis veces al mes comida preparada. La Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc @AECOC_ES) ya informó que el 56% de los usuarios que recurren a estos platos preparados lo hace por falta de tiempo. Esta es la principal razón por la que los consumidores se apuntan a esta forma de alimentación.
Por su parte, la Asociación Española de Platos Preparados (Asefapre @asefapre) indica que el consumo en el hogar de este tipo de menús creció un 2,7 por ciento en 2018, situándose en los 14,64 kilos por persona.
Solo cocinar los fines de semana
Los supermercados son conscientes de esta popularidad y del interés que este tipo de productos suscita entre sus clientes. El último en sumarse a esta tendencia ha sido Lidl (@lidlespana), haciendo la competencia a otros como Mercadona (@Mercadona), Carrefour (@CarrefourES) o El Corte Inglés (@elcorteingles). A precios muy económicos, que no superan los tres euros, será posible acceder a un total de 14 preparaciones entre las que se encuentran las albóndigas, la paella o el risotto. De momento, solo los ofrecen en una serie de establecimientos de Madrid capital, pero la previsión es incorporarlo en los nuevos supermercados y en los ya abiertos, de forma progresiva.
Los platos preparados ofrecen principalmente un ahorro en el tiempo de elaboración de la comida. El estilo de vida o incluso el crecimiento de hogares unipersonales, ha provocado que muchas personas se vuelvan perezosas a la hora de cocinar y solo se dediquen a ello los fines de semana. Estos platos suelen estar listos en un tiempo que oscila entre los 5 y 10 minutos, todo dependerá de las características de cada producto, pero en general lo que busca el consumidor es que sean comidas rápidas y flexibles, presentadas en un formato, el táper u otros, que resulte fácil de transportar, aseguran desde Asefapre.
¿Son saludables?
La gran pregunta es si realmente este tipo de preparados son igual de saludables que las comidas que elaboramos en el hogar. Desde Aecoc se aseguran que decantarse por este tipo de productos no implica dejar de lado una alimentación saludable, pues precisamente la mayoría de los clientes se decantan por los productos frescos elaborados, que son los que al final tienen más aceptación entre estos.
De igual modo, según especifican en la asociación de platos preparados, todos estos productos han de pasar por controles estrictos de seguridad a lo largo de su producción. De esta manera, se avala su calidad, así como la conservación de su textura y sabor, respetando la normativa en cuanto a medio ambiente y sostenibilidad.
Si bien es cierto que estos productos pueden formar parte de la dieta, algunos expertos en nutrición aconsejan que es mejor no abusar de ellos. Si se consumen de forma esporádica pueden ser una alternativa a la que recurrir de forma ocasional, pero no como algo habitual.
Por un lado, desde el punto de vista de la salud, el hecho de cocinar en casa implica controlar todo el proceso de creación del plato. Desde la elección de los ingredientes hasta el sistema de cocción elegido. Precisamente este último punto es muy importante, porque de este dependerá la conservación de muchos de los micronutrientes de las comidas. Del mismo modo, cuando cocinamos en casa nosotros controlamos las cantidades de azúcar, sal y otros condimentos, cosa que en los platos elaborados no podemos vigilar, según comenta el experto nutrición de la Universidad de Hertfordshire, Richard Hoffman, en un artículo en The Conversation.
Los ingredientes
Todas estas cuestiones son de especial relevancia para las personas mayores que deben vigilar por ejemplo el uso de sal si padecen hipertensión, y la presencia de vitaminas y minerales en todo lo que consuman. Si ya de por sí los mayores presentan algunas carencias en este sentido, el hecho de comer de forma habitual de esta manera puede provocar que no se estén ingiriendo todos los micronutrientes de forma adecuada. Cuando cocinamos en casa esto puede suceder también, sin embargo cuando se utilizan procesos industriales estas pérdidas suelen producirse con mayor notoriedad.
Al mismo tiempo es importante tener en cuenta las grasas que incorporan, así como la cantidad de aditivos que tienen, algo que se debe controlar sobre todo en los platos elaborados que se encuentran envasados. En estos casos, la recomendación siempre es leer bien las etiquetas, aunque por otra parte no hay que olvidar que no se nos indica cómo se ha cocinado el plato y el tipo de cocción empleada.
Por otro lado, es importante reseñar que si bien estos productos no son excesivamente costosos, al final si se abusa de ellos nuestro bolsillo se puede resentir. A la larga, resulta más económico comprar los ingredientes y preparar la comida en casa. Del mismo modo, podemos controlar mejor las cantidades, aunque es cierto que al comprar estos artículos nosotros decidimos lo que nos queremos llevar, a veces es posible tener la tentación de pedir más de lo recomendable y como hemos comentado no sabemos qué proporción de sal y otras sustancias se han empleado para realizarlos.