Los huevos son uno de los alimentos más nutritivos, pero también pueden poner en riesgo nuestra salud si no se tratan correctamente. Y es que los huevos pueden estar contaminados con Salmonella, una bacteria que enferma a las personas, principalmente del aparato digestivo, provocando diarreas, fiebre o cólicos estomacales, síntomas que suelen ser leves, aunque algunas personas, sobre todo niños y personas mayores, deben tener especial cuidado por la deshidratación que provocan.
La cáscara de los huevos pueden contaminarse con esta bacteria muy fácilmente, propagándose del ave al huevo, cuando las aves los ponen o si estos están en contacto con excrementos de ave después, aunque las empresas los lavan antes de enviarlos a las tiendas, según indican el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Es por ello por lo que es importante tener cuidado a la hora de manipular los huevos y cocinarlos. En este sentido, hay algunas recomendaciones que podemos seguir.
Lo que no debemos hacer
Hay algunas prácticas que podemos llevar a cabo para reducir la probabilidad de enfermarnos al consumir huevos, como comprarlos en tiendas donde se mantengan bien refrigerados. También consumir inmediatamente o guardar en el frigorífico los alimentos que contengan huevos tras cocinarlos. Mejor en los estantes intermedios, no en la puerta, ya que es una zona que está más expuesta a los cambios de temperatura.
Desechar los huevos rotos o sucios, y cocinar los huevos hasta que la yema y la clara estén firmes también evitará riesgos. Así como usar huevos y productos pasteurizados, sobre todo a la hora de elaborar alimentos que contengan huevos crudos o poco cocidos.
No cascar el huevo en el borde de la sartén, el plato o la encimera será igual de importante, ya que la Salmonella puede estar presente en la cáscara y podría contaminar estas superficies, tampoco utilizar la cáscara del huevo para separar las claras de las yemas. Lo mejor será cascarlos en una servilleta en la encimera, según indicaba el tecnólogo de alimentos Mario Sánchez a Infosalus.
En este sentido, desde la CDC recomiendan usar agua y jabón para lavarse las manos y los artículos que hayan estado en contacto con los huevos crudos. Aunque no es aconsejable lavar los huevos antes de meterlos en la nevera, en su lugar, podemos limpiarlos con una servilleta o paño.
Cocer los huevos junto a otros alimentos tampoco es aconsejable. Y, al igual que con otros alimentos, deberemos fijarnos en la fecha de consumo preferente para asegurarnos de que es seguro consumir el producto.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.