Paula Buedo
Alimentación
La receta para una vida larga y saludable, según la Doctora Odile Fernández
Su último libro pone el foco sobre la necesidad de repensar el cuidado de nuestra salud
Cumplir años es sinónimo, para muchas personas, de dolor y enfermedad. Nuestra sociedad ha normalizado que el envejecimiento es una etapa en la que debemos acostumbrarnos a no sentirnos del todo bien, a acumular medicamentos en nuestra rutina y a asistir con impotencia a la pérdida de nuestra energía.
“Mucha gente no le da importancia a levantarse todos los días cansado, sin vitalidad y con dolores musculares”, comenta la Dra. Odile Fernández en una entrevista con 65YMÁS. “La sociedad está normalizando que hay que estar polimedicado, cada vez es más habitual tomar algún fármaco a partir de los 50 años para alguna enfermedad crónica”, añade.
La experta lleva años luchando contra esta realidad, en cuyos cimientos se pueden distinguir diferentes causas que hacen que la calidad de vida durante el envejecimiento no sea plena. “Deberíamos vivir muchos años sin depender de una pastilla”, denuncia.
Para ella, hay un gran problema con la pérdida de la práctica de buenos hábitos, especialmente en edades tempranas. Así lo refleja en su último libro, Hábitos que te salvarán la vida (Planeta), en el que ofrece una guía científicamente respaldada a la vez que didáctica y accesible para aprender a cuidar nuestra salud física y mental.
Con esta publicación, anima a toda la población a informarse y cuidarse, también a los más mayores. “Hay gente que piensa que una vez que tienes una enfermedad ya no hay nada que puedas hacer, pero siempre hay algo que como pacientes podemos ayudar a mejorar”, recuerda.
Uno de esos momentos del día en el que más directamente interactuamos con nuestro cuerpo es la hora de comer. Alrededor de tres veces durante la jornada, proporcionamos al organismo alimentos para que pueda funcionar. Sin embargo, la elección de lo que tomamos puede ser crucial para nuestra salud, y así lo pone de manifiesto Odile Fernández en su libro.
En los últimos años, los hábitos alimentarios han pasado de la dieta mediterránea a la estadounidense. Hemos introducido preparaciones de comida rápida y ultraprocesada, con alto contenido de azúcares y grasas nocivas, en la rutina diaria. Las salchichas, refrescos azucarados, bollería industrial, pizzas, pastas, nuggets… han dejado de ser de consumo ocasional para convertirse en parte del menú del día a día.
Para combatir esta situación, la Dra. Odile Fernández lanza una propuesta: volver a la comida de nuestros abuelos, un momento previo a la importación de esta nueva forma de alimentarse. “Los mayores son los que mejor comen en nuestra sociedad, conservan los hábitos tradicionales”, subraya.
Sedentarismo e hidratos, la herencia de la pandemia
El 14 de marzo de 2020, hace algo más de tres años, toda España se vio confinada en su casa con motivo de la rápida expansión del Covid-19. Esto supuso un trastorno para los hábitos y rutinas de una población que, de pronto, se enfrentó a la obligación de permanecer en espacios cerrados y a nuevas formas de sentir estrés y miedo.
Sin salir de casa, el ejercicio físico disminuyó notablemente y dejó paso a un gran sedentarismo que tres años después mantenemos como herencia. Además, los hidratos se convirtieron en el plato favorito de muchas personas. En este contexto, Odile Fernández también vio que sus costumbres cambiaron. Sintió que su energía se esfumaba, que estaba más cansada y no se sentía del todo plena. Por eso, se puso manos a la obra para dar un vuelco a la situación y así surgió la idea de este último libro, con el que busca poner a disposición de todo el mundo información contrastada y accesible.
Aunque Internet ha revolucionado las comunicaciones y todos podemos acceder a grandes cantidades de información con un solo click, lo cierto es que no siempre todo lo que leemos es cierto o viable. En Hábitos que te salvarán la vida, la doctora opta por proponer gestos al alcance de la gran mayoría, como incluir un tomate aliñado con vinagre en nuestro menú o dar un paseo a primera hora de la mañana.
“Es necesario que la población sea consciente de que el sedentarismo causa enfermedades”, recuerda la experta. Contra él, el ejercicio es una píldora brillante, que no debe olvidarse en el tratamiento de muchas enfermedades, incluido el cáncer. “Nos cuesta mucho cambiar y ser conscientes de que podemos morir si no cambiamos los hábitos”, reconoce. “Se nos hace más cómodo coger el coche que caminar”.
Cinco claves para mayores: atención al desayuno
Pese a la reivindicación de la necesidad de volver a comer como nuestros abuelos, hay algo que también ha alcanzado y empeorado su dieta. El consumo de azúcar es un grave problema en la infancia y edad adulta, pero también ha llegado hasta los más mayores. Si la Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo de 25 gramos de azúcar añadido, la cantidad que se ingiere en los grupos de más edad llega a duplicarla, según la doctora.
Existen muchos pequeños gestos que, al introducirlos en nuestra rutina, pueden llenarnos de energía, vitalidad y salud. De la mano de Odile Fernández, estas son cinco recomendaciones clave que todos los mayores deberían poner en práctica.
- Desayuno salado con huevo. El desayuno está en el centro del problema con el azúcar. Despertarse cada mañana y empezar el día con galletas, cereales azucarados o mermeladas no es la opción más saludable. Por eso, la experta recomienda cambiarlo por una opción salada que, además, incorpore el huevo como protagonista en cualquiera de sus formas. Una tostada de pan integral con huevo y tomate sería una manera de arrancar la jornada por todo lo alto. Por el contrario, eliminaría zumos y los sustituiría por la pieza de fruta completa para evitar la ingesta de azúcares libres y aprovechar otros beneficios de la pulpa del alimento, como su contenido en fibra.
- Entrante con vinagre. Las salsas que encontramos en los supermercados son una opción muy atractiva para dar más sabor a nuestros platos o camuflar aquellos que no nos terminan de gustar. Sin embargo, en su lista de ingredientes encontramos algunos que hacen que no sean la opción más saludable para el día a día. Por eso, si lo que buscas es aliñar tus platos, la Dra. Odile Fernández propone sustituirlas por vinagre y especias variadas, con las que se conseguirá un sabor inigualable. Incluso, sugiere, un vaso de agua con vinagre antes de empezar a comer sería una rutina muy beneficiosa.
- Caminar 10 minutos después de comer. Aunque el dicho “somos lo que comemos” está muy cercano a la realidad, también hay otros hábitos que dan forma a nuestra salud. Por ejemplo, incorporar la costumbre de dar un breve paseo después de las comidas puede ayudarnos a controlar los picos de glucemia.
- Dormir temprano. El descanso es otro pilar fundamental del bienestar que nos proporcionará energía y reparación.
- Pasear sin protector solar a primera hora de la mañana. “La vitamina D salva vidas”, recuerda la doctora. Por eso, recomienda exponerse a los rayos del sol en los primeros momentos del día, cuando no resulta nocivo recibirlos sin protector solar.
Además, en verano, no debemos olvidar incluir la hidratación como la columna vertebral de nuestro día. Además del agua, recuerda la doctora, en la dieta mediterránea tenemos una receta ideal para esta época estival: el gazpacho.
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La receta de la longevidad
Odile Fernández lleva tras de sí una amplia trayectoria como médica de familia. A los 32 años, fue diagnosticada de cáncer de ovario metastásico, lo que supuso para ella un terremoto vital a la vez que un combustible para ponerse a investigar cómo ayudar a su cuerpo a sanar. Desde entonces, la publicación de diferentes libros y la divulgación se han convertido en una parte fundamental de su vida.
Los hábitos dan forma a nuestra salud e interactúan de forma decisiva en la aparición y desarrollo de enfermedades. Por eso, la receta de una vida longeva y saludable pasa, inevitablemente, por mezclar con cuidado estas diferentes rutinas de alimentación, ejercicio físico, descanso, acompañamiento emocional…
Esta idea está muy presente en la oncología integrativa, un enfoque más personalizado que aglutina la enfermedad con las condiciones físicas, sociales y personales. “Se ha demostrado que cuando aunamos la medicina oficial con las terapias que pueden mejorar el estado físico y nutricional del paciente la evolución de la enfermedad es mejor”, subraya.
Ante cualquier patología crónica, desde la diabetes hasta el cáncer, se ha observado que la alimentación es fundamental en su evolución. A ello se suma la necesidad de una buena salud mental, pues el estrés también tiene un efecto nocivo sobre los picos de glucemia y la inflamación. “Una alimentación basada en plantas, apoyo emocional y ejercicio de manera regular nos ayuda a prevenir y tratar muchas enfermedades”, apunta la doctora.