Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorEl crumble es una elaboración dulce de origen anglosajón, formado por una capa de fruta fresca cubierta por una mezcla de harina, azúcar y mantequilla, que se cuece en el horno. El calor reblandece la fruta y endurece la cubierta o crumble, que no es más que una masa de galleta en migas.
En el Reino Unido, el crumble se suele tomar caliente o templado, solo o acompañado de una bola de helado de vainilla o regado con un chorrito de crema inglesa. ¿Te atreves con esta elaboración? Te contamos cómo se elabora y los trucos para conseguir el crumble perfecto.
Nosotros hemos optado por uno de manzana, pero puedes elegir la fruta o combinación de estas que más te guste.
Los ingredientes para el crumble son 75 gramos de azúcar blanca y 75 gramos de azúcar moreno, 300 gramos de harina y 200 gramos de mantequilla fría
Para el relleno, vamos a usar 4 manzanas grandes peladas y cortadas en dados pequeños, 50 gramos de azúcar moreno, una cucharada de maicena y un poco de canela en polvo.
Lo primero, cortamos las manzanas y las añadimos el azúcar, la canela, la harina de maíz y lo mezclamos bien. Untamos una bandeja de horno con mantequilla y ponemos las manzanas.
Para preparar la cubierta, ponemos la harina, una pizca de sal y los dos tipos de azúcar en un bol y lo mezclamos. Añadimos la mantequilla en dados y lo vamos mezclando todo hasta que nos quedan una pasta similar a unas migas.
Añadimos esas migas sobre las manzanas, cubriendo bien la fruta. Otra opción es hacer pequeños postres individuales, de ración. Quedan muy bien para ocasiones especiales.
Dejamos nuestro crumble en el horno durante 30-35 minutos a unos 180ºC. Sabremos que está listo cuando la superficie esté dorada y las manzanas burbujean. Dejamos reposar unos minutos para que no queme y luego ya podemos servirlo.
Para darle un toque especial, puedes añadir algún licor a la fruta o pasas, zumo de naranja u otras especias, como anís.
También podemos darle un punto distinto a la cubierta, reemplazando la harina por frutos secos molidos. También lo podemos aromatizar con ralladura de limón, esencias, licores, etc.
La mantequilla tiene que estar bien fría, de la nevera, y debemos desmenuzarla con la punta de los dedos, tratando de no calentarla. Tenemos que obtener unas migas, no una masa compacta.
Si te has pasado con el amasado y las migas se convierten en una masa, puedes ponerla en la nevera hasta que esté bien fría y cortarla en trozos.