Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorLa Rhodiola rosea, conocida también como rhodiola, raíz ártica o raíz de oro, es una planta medicinal originaria de China, Siberia y Himalaya, aunque también crece en zonas de Europa como Reino Unido y los países nórdicos. Antiguamente se utilizaban sus raíces para combatir la fatiga y para prevenir y tratar los procesos gripales, muy habituales en estas zonas de clima frío.
En la actualidad la rhodiola está reconocida como una planta medicinal con múltiples beneficios para la salud y por ser un potente adaptógeno, es decir, una sustancia natural utilizada en la medicina herbolaria con propiedades específicas para tratar determinadas dolencias. En este caso, este adaptógeno destaca por su capacidad para mitigar la fatiga física y mental y sus efectos, pero también incide en otros aspectos de la salud ya que aporta una gran cantidad de fitonutrientes y antioxidantes. Te contamos alguno de ellos.
Trastornos asténicos como el insomnio, la falta de apetito, el deterioro en el rendimiento, la hipertensión, la irritabilidad, la fatiga, el estrés, la ansiedad, el dolor de cabeza y la apatía, pueden verse aliviados gracias a que la rhodiola regula la producción de cortisol, también conocido como “hormona del estrés”. Además, ayuda a inhibir la capacidad de determinadas enzimas para metabolizar la dopamina y la serotonina (hormona de la felicidad), permaneciendo activas y en mayor concentración en el cerebro.
Como decía, se trata de una planta medicinal muy valorada desde la antiguadad hasta hoy en los países nórdicos y Asia septentrional por sus beneficios sobre el sistema inmunitario, ayudando a prevenir y combatir los resfriados.
Existen diferentes estudios que afirman que el consumo de rhoriola ayuda a mejorar el rendimiento físico. Según el artículo publicado en 2004 en el International Journal of Sports Nutrition and Exercise Metabolism “se concluye que la ingesta aguda de Rhodiola rosea (200 mg) puede mejorar la capacidad de ejercicio de resistencia en voluntarios jóvenes sanos”. Además tiene efectos antiinflamatorios y estimula la síntesis de proteínas musculares.
Si bien los estudios no son aún concluyentes, sí apuntan a una relación entre la ingesta de rhodiola y una mejora a largo plazo de la memoria y una reducción de la fatiga mental.
De la rhoriola se aprovechan tanto las hojas como el tallo y la raíz. La forma más habitual de tomarla es como suplemento, extracto o, las hojas secas y la raíz, en una infusión. También se pueden cocinar las raíces y el tallo, y los brotes como si de una verdura más se tratara, al igual que se hace con unas espinacas ya sean hervidas o sus hojas crudas en una ensalada.