Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorSaber el valor nutricional de un alimento de un solo vistazo. Ese es el objetivo del semáforo nutricional, un sistema ideado en Gran Bretaña y que se está implantando en otros países para poder entender el valor nutritivo de los alimentos gracias a una etiqueta de color verde, amarillo y naranja. En España, el Ministerio de Sanidad decidió implantar un nuevo modelo de etiquetado frontal, el Nutriscore, un código de colores entre el verde y el rojo.
Este código de colores nos proporciona información sobre el contenido energético de un alimento, es decir sus calorías, y sobre nutrientes como azúcar, grasas totales, grasas saturadas y sal.
La etiqueta muestra la cantidad de cada uno de ellos que te aporta una ración de ese alimento, y también un valor expresado en porcentaje, que te indica lo que representa en comparación con la cantidad recomendada para un día.
Por ejemplo, saber que un alimento aporta cuatro gramos de sal, no nos dice gran cosa, ya que no podemos saber si es mucho o poco. Sin embargo, la OMS recomienda no tomar más de cinco gramos al día de sal. En eso consiste el semáforo nutricional, ya que cada valor está marcado con un color (verde, amarillo o naranja) que nos indica si esas cantidades son altas, medias o bajas.
El color verde indica que tiene un bajo contenido de ese nutriente, ya sea sal, azúcar o grasas. Así que, si estás a dieta o por motivos de salud debes reducir la cantidad de sal, por ejemplo, debes buscar el color verde en los alimentos que adquieras.
El color amarillo informa de que hay un contenido medio de determinado nutriente. Conviene estar atento también a este color, ya que si tomas muchos alimentos que aportan ese nutriente en cantidad media, puedes acabar pasándote.
Por ejemplo, si tomas muchos alimentos marcados con las grasas saturadas en amarillo, es muy probable que te excedas. Y este tipo de grasas pueden aumentar tus valores de colesterol y triglicéridos en sangre, lo que supone un mayor riesgo cardiovascular.
El color ámbar nos va a indicar que ese alimento tiene una cantidad un poco más alta de la recomendada del azúcar, grasa, sal, etc. Por ejemplo, alguien con hipertensión puede mirar la etiqueta de un alimento y si ve que el valor de la sal está en un cuadradito naranja, ya sabe automáticamente que no es aconsejable que lo consuma o que solo debería hacerlo muy de vez en cuando.
Incluso, aunque no tengas ningún problema de salud, debes prestar atención a esta etiqueta porque no conviene abusar de la sal, las grasas o el azúcar.