Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorGanar tiempo al tiempo en la cocina y además que el resultado del trabajo sea excelente puede ser más fácil de lo que parece. En este sentido, aquí tienes unos pequeños trucos que te ayudarán, a ganar tiempo por un lado y a tener buenos resultados por otro.
La carne picada es un alimento que se estropea muy pronto, antes que un bistec, con lo que, si no vamos a utilizar toda la que hemos comprado, ya sea porque es demasiada cantidad o simplemente tenemos pensado utilizarla en dos o más veces, en diferentes elaboraciones; lo mejor es congelarla y hacerlo según la cantidad que necesitemos.
Para que no ocupe demasiado espacio en el congelador y sea fácil coger la cantidad congelada necesaria, lo mejor es congelarla de forma plana, como si fueran hamburguesas y en diferentes capas separadas por film transparente y guardadas en una bolsa de congelación. De este modo cada vez se podrán coger las porciones necesarias, dejando el resto congelado hasta la próxima elaboración.
Estamos en tiempo tardía de fresas e inicio de cerezas , dos frutas de intenso color rojo, ricas en sabor y vitaminas. Además, son frutas muy vistosas que adornan cualquier tarta o postre.
Para quitarle el hueso, en el caso de las cerezas, y las hojas, en el caso de las fresas; sin estropear la fruta, simplemente necesitamos una cañita de refrescos, las típicas de plástico. La clavaremos en la parte inferior hasta alcanzar el hueso de la cereza y empujaremos hasta que salga por el otro extremo. En el caso de la fresa la técnica es la mismo, perforar por la base hasta que al empujar salga por la parte superior desprendiendo el tallo.
Freír berenjenas y conseguir que queden jugosas por dentro y crujientes por fuera puede parecer complejo si tenemos en cuenta que la berenjena es una hortaliza que tiene tendencia a chupar muy aceite lo que hace que si no se toman precauciones se eche a perder la fritura. Desconozco si hay más formas de evitar que las berenjenas chupen demasiado aceite, yo de momento se de tres:
Limpiar siempre es lo más pesado, pero también lo más gratificante cuando lo ves todo en orden y reluciente. Para atacar la grasa y la negrura de los fogones (en las cocinas de gas) enciéndelos, espera a que estén bien calientes, sácalos con la ayuda de un guate para no quemarte dale con un estropajo de aluminio empapado con un poco de vinagre.
Otra manera de hacerlo es meter cada quemador dentro de una bolsa de plástico hermética, de las que tienen cierre de zip, con un bueno chorro de amoníaco, cierra bien la bolsa y agítala para esparcir bien el amoníaco. Déjalo actuar toda la noche y al día siguiente acláralo bien con agua y un estropajo con un poco de jabón, verás que no te hace falta frotar, ya que lo vapores del amoníaco habrán desprendido la grasa.
Con un cocinero en la familia, cada día te das cuenta de los peligros que existen al manipular cuchillos, cacharros y fogones. Uno de ellos es la tabla de cortar. Si bien suelen llevar unas pequeñas gomas en la base para impedir que, al cortar, se deslicen sobre el mármol, lo cierto es que ya sea por el uso o por no ser apropiadas estas gomas acaban perdiéndose o no siendo suficientemente antideslizantes. Para ello lo mejor es colocar bajo la tabla un paño húmero o bien un trozo de papel de cocina, también húmedo. De esta manera ni la tabla ni el cuchillo se desplazarán.
En un bol adecuado para microondas pon agua y un buen choro de vinagre, blanco o rojo; mételo en el microondas a calentar durante un par de minutos a buena potencia. La mezcla de agua y vinagre evaporará impregnando las paredes interiores del microondas y ablandando la grasa que pueda estar pegada en ellas. Pasa un paño húmedo por la superficie para retirar la humedad de las paredes del microondas y verás qué reluciente queda.
Si el olor a vinagre te ofende, no te preocupes. En un bol agua pon un limón cortado a rodajas y añádele también el zumo de otro limón. Ponlo a calentar a máxima potencia en el microondas durante unos cinco minutos. El efecto será el mismo que con el vinagre, la grasa y restos incrustadas en las paredes se habrán desprendido con lo que solo tendrán que pasar una bayeta para retirarlos.