¿Tienes sinusitis? Pautas dietéticas que puedes seguir para aliviar la enfermedad

La sinusitis es una enfermedad que se produce cuando la mucosa que recubre los senos paranasales (espacios llenos de aire en el craneo) se inflama, provocando una obstrucción y la acumulación de fluidos. Esta afección puede ser consecuencia de múltiples factores como, por ejemplo, la presencia de un hongo o bacteria, una alergia o un resfriado, la causa más común.

No obstante, también existen algunos factores de riesgo que aumentan las posibilidades de sufrir una sinusitis. Es el caso del consumo excesivo de tabaco o su exposición a él, el contacto continuado con productos o sustancias contaminantes, las variaciones climáticas, los cambios bruscos en la gravedad y la presión o tener un sistema inmunológico débil.

En cuanto a los síntomas que caracterizan a la enfermedad, destacan el dolor de garganta, la fiebre, el dolor de cabeza, la tos, la sensación de fatiga, la pérdida parcial o total del sentido del olfato, la secreción y la congestión nasal y, por supuesto, un dolor muy intenso en la zona maxilofacial. Ante la más mínima señal de alarma, lo mejor es que acudas cuanto antes a tu médico de cabecera.

La alimentación para aliviar la sinusitis

Al igual que ocurre con otras muchas enfermedades, la alimentación supone una herramienta de gran ayuda para aliviar los síntomas de la sinusitis una vez que esta ha sido diagnosticada. ¿Qué pautas dietéticas puedes seguir para conseguirlo?

• Una de las más habituales es aumentar el consumo de líquidos calientes, con el objetivo de mejorar el drenaje y reducir la inflamación de los senos paranasales. Por ejemplo, tomar un vasito de agua templada con limón antes de desayunar puede ser una opción.
• Entre los nutrientes que también deben tener un papel especial en tu alimentación, debido a sus propiedades antiinflamatorias, antihistamínicas y autoinmunes, se encuentran la vitamina C, los ácidos grasos Omega-3, el magnesio o la vitamina B5.
• En contraposición, debes evitar aquellos ingredientes que puedan irritar el hígado. El café, el azúcar, el alcohol, las grasas procesadas, los lácteos, los fritos y los aditivos artificiales son los más preocupantes.
• Tampoco se suele recomendar mezclar dos tipos de féculas en la misma comida, es decir, pasta con pan, arroz con patatas o maíz con remolacha, por ejemplo.
• Por otro lado, intenta no dejar pasar más de cinco horas sin ingerir ningún tipo de comida. Además, estas deben seguir un proceso de elaboración saludable y que reduzca el uso de grasa, como al horno o a la plancha.